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Aparecen muertos doce niños y dos adultos en una choza de la Guayana francesa

Las víctimas, que podrían haber muerto intoxicadas o asfixiadas, pertenecían a una misma familia que se había reunido para cenar

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Doce niños y dos adultos aparecieron ayer muertos por razones desconocidas en una choza de la aldea de Loka, un recóndito paraje de la Guayana francesa (Caribe). Las primeras constataciones de la investigación, que parecen descartar una causa violenta, se orientan hacia una intoxicación colectiva fulminante originada por emanaciones de gas o envenenamiento.

El macabro hallazgo se produjo hacia las 7.30 horas -13.30, en España- por un lugareño del poblado de Loka, perteciente al municipio de Papaichton, cuyos 1.600 habitantes son en su mayoría bonis, una etnia aborígen. Situado en pleno corazón selvático de la Guayana, un país del tamaño de Portugal, el enclave sólo es accesible en piragua a través del río Maroni o mediante helicóptero.

A través de esta vía aérea, una quincena de gendarmes se desplazaron al lugar del drama acompañados por el fiscal de Cayena, Jean-François Créon, y por un médico forense. Sus primeros informes llegados a París indican que los cadáveres pertenecen a una misma familia: André Naisso, de 34 años, y sus diez hijos, así como su cuñada, Suelen Anabi, y sus dos hijos, de 14 y 16 años.

Los catorce fallecidos se habían reunido la víspera para cenar juntos en ausencia de la hermana de Suelen Anabi, hospitalizada en la capital, Cayena, para dar a luz. Los cadáveres no presentan heridas por arma de fuego o blanca ni había señales de violencia en la estancia en la que yacían inertes.

Un portavoz del destacamento local de la Gendarmería declaró a emisoras de radio francesas que «oficialmente se contemplan todas las hipótesis». «Puede tratarse de una muerte por asfixia debida a gases tóxicos emanados de la combustión lenta de las hogueras que tradicionalmente se alumbran por la noche en esas zonas», señaló. La aparición de unos pájaros muertos en una jaula, revelada por otros testimonios, avala esa teoría.

Fuentes en París de la dirección central de la Gendarmería también barajaron las hipótesis de un envenenamiento o de una intoxicación alimentaria.