Seguridad solidaria

Son los máximos responsables de la seguridad ciudadana, los encargados de combatir y prevenir la delincuencia. Los agentes del Cuerpo Nacional de Policía tienen la, a veces, difícil misión de hacer cumplir la ley, pero en Jerez han encontrado la fórmula para traducir su labor en solidaridad hacia los más necesitados.

Para dar cauce a esa vocación nació hace poco más de un año la Asociación Santo Ángel de la Policía de Jerez (Asapje), que integra en la actualidad al 80 por ciento de los 260 funcionarios de la comisaría. No obstante, el presidente del colectivo, Antonio Padillo, explica que fue «hace tres o cuatro años cu ando un grupo de compañeros decidimos unirnos y recopilar alimentos para entregarlos al Comedor del Salvador, de las Hermanitas de los Pobres, Cáritas y otras organizaciones».

Padillo indica que, en un principio, el denominador común de los integrantes del Santo Ángel es «nuestro sentimiento cristiano». De ahí surge su estrecha relación con el mundo cofrade, de manera que muchos socios participan con sus uniformes de gala en las procesiones de Semana Santa, escoltando a las imágenes de 22 hermandades, por el momento.

Ayer mismo, representantes de la entidad acudieron al nombramiento del Cuerpo Nacional de Policía como hermano mayor hoinorífico de la Sagrada Cena. Aún así, Padillo recalca que en el colectivo «tiene cabida todo el que quiere, sin preferencia alguna de ideología, forma de pensar, etc.»

Bajo esta premisa, los objetivos de la asociación pasan por ayudar a los demás, «fomentar el compañerismo» y propiciar un espacio para el encuentro entre los agentes. A través de las actividades que organiza esta entidad, los policías, y sus familias, tienen la ocasión de conocerse mejor, compartir experiencias y estrechar lazos.

En este sentido, el presidente subraya que la asociación no pretende fomentar «el corporativismo», sino la unidad en la comisaría como plataforma para «ser solidarios con los demás».

Y para conseguirlo, han encontrado una forma bastante peculiar en su trabajo diario. El secretario del Santo Ángel, Francisco Morant, comenta que la asociación se encarga de cumplimentar todos los trámites necesarios para que los alimentos perecederos robados que se decomisan acaben en manos de las organizaciones con las que trabajan, casi siempre el Comedor del Salvador.

Para ello, gestionan las correspondientes autorizaciones en los juzgados para permitir que estos artículos sustraídos, que tienen dueño pero que, al fin y al cabo, si no se recuperan en el momento se desperdician, no acaben en la basura. Además, cada año organizan una cena solidaria para reunir fondos y comprar comida, así como la carrera popular en la que cada participante contribuye con un kilo de alimentos.

El resultado se traduce en 4.800 kilos de productos recogidos y donados en la última campaña, la primera remesa desde la constitución de la asociación. Se superaron a los 3.000, 1.800 y 1.000 kilos recolectados en los tres años anteriores. Y esperan batir un nuevo récord para la próxima Navidad.