«He conseguido montarme un oasis a mi gusto dentro de una isla»

La clave del éxito personal del Dalton más tímido fue la arriesgada apuesta que planteó a su futuro cuando en 1997 decidió montar su propio estudio de grabación. Buscó una casa grande, retirada no sólo de las grandes urbes, sino también del propio centro de San Fernando.

En el sótano dio forma a su sueño, que ahora comparte con numerosos grupos y solistas que acuden a su refugio, situado cerca de los cuarteles de Camposoto, en busca de su sabiduría musical y facilidad para las mezclas de cualquier estilo musical. «Cuando me hice padre, comencé a desinteresarme por las giras. Empecé a volverme flojo o más prudente, pero no quería dejar la música. El estudio me permite seguir grabando con mis hermanos y, además, hacer otro tipo de cosas por encargo. Aquí en Camposoto puedo estar tranquilo con mi familia y seguir viviendo de lo que me gusta. He conseguido montarme un oasis a mi gusto dentro de una isla», añade Josema.

Por su estudio, que sustituyó al que puso en marcha con sus hermanos en la casa de sus padres a principios de la década pasada, han pasado ya grupos de estilos tan diferentes como Maíta Vende Ca, Champagne o Sauron y se ha convertido en destino de peregrinación de cualquier grupo de jóvenes de la provincia con la esperanza de hacerse un hueco en la escena alternativa de la música española. Algo que cada vez es más complicado. «Incluso nosotros tenemos problemas para publicar un nuevo disco. Operación Triunfo fue un programa nefasto para los músicos españoles». / RAÚL ESTÉVEZ