Sociedad

«Los médicos deben derivar estos casos al psicólogo»

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El hipocondríaco acude al médico de cabecera y al especialista -privados y públicos- una y otra vez; pero en muy pocos casos es derivado al psicólogo o al psiquiatra. «Además de todo el gasto sanitario que se podría ahorrar, para los médicos debería estar antes la ética que la economía. Por ejemplo, un cardiólogo que reciba varias veces a un paciente sano debe derivarlo y no recibirlo una vez todos los meses. La mayoría de los médicos sabe detectar al hipocondríaco, pero muy pocos pacientes llegan a las consultas psicológicas o psiquiátricas», denuncia Antonio Luis Maldonado Cervera, psicólogo clínico del Centro Alborán de Granada.

«En algunas ocasiones sí es verdad que este tipo de obsesiones no se toma en serio y el facultativo de turno se limita a constatar que el paciente no tiene ningún problema físico. Sin embargo, cuando las consultas se repiten y la hipocondría se hace más evidente, sí se suele derivar el caso a un psicólogo cada vez con mayor frecuencia», opina por su parte el psicólogo Javier Muñoz, que tiene una consulta propia en Cádiz.

Tanto Muñoz como Maldonado recuerdan que la hipocondría no suele responder a tratamientos médicos o farmacológicos; tiende a ser muy discapacitante y supone un elevado gasto sanitario.

«Aunque no se cure al cien por cien, existen terapias que permiten a quien la padece manejarla mejor, ejercer un mayor control sobre sus pensamientos y, por tanto, que no les limite la vida», asegura el especialista gaditano.

Algunas de las técnicas que han demostrado su eficacia son: la exposición, reinterpretación de los síntomas, mejora de las estrategias de afrontamiento, demostración del efecto negativo de la atención selectiva, etc... Así como, en algunos casos, técnicas psicofarmacológicas y psicoterapéuticas que tienen como objetivo normalizar el ánimo y mejorar la expresión emocional, la autoestima y el autocontrol.

Estos tratamientos, que no resultan excesivamente caros ni difíciles de aplicar, encuentran, sin embargo, un obstáculo para su puesta en práctica, según Luis Maldonado. «Y es que se produzca el encuentro entre el psicólogo y el paciente hipocondríaco», concreta el especialista del Centro Alborán, quien sostiene que las administraciones responsables deben captar la dimensión del problema en términos de sufrimiento personal, discapacidad y gasto sanitario para mejorar el conocimiento científico de la hipocondría; formar a los médicos generales al respecto; y promover los programas de enlace psiquiátrico-psicológico. «Es casi imposible que en una consulta se oiga decir a un médico algo tan sencillo como: 'Antes de seguir haciéndote pruebas debes ir al psicólogo'», concluye Antonio Luis Maldonado.