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Debut afortunado y polémico de Antonio Cassano con el Real Madrid

El italiano, en fuera de juego, acabó con el sufrimiento del conjunto merengue al aprovechar un grave error de Doblas después de que el Betis perdonase

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Cassano tuvo un debut afortunado y polémico en el Real Madrid. Sólo cuatro minutos después de estrenarse en el fútbol español, y en el segundo balón que tocó, el delantero italiano marcó el sorprendente y discutido gol de una victoria que coloca a los blancos casi con los dos pies en las semifinales de Copa. Cassano acabó así con el sufrimiento del Madrid al aprovecharse de un grave error de Doblas, después de que el Betis perdonase sus clarísimas ocasiones ante Casillas.

Los blancos, ya precavidos en el primer tiempo, decidieron defender tras el descanso y pasaron momentos de agonía, pero salieron airosos del empuje de un Betis negado en ataque y sacaron petróleo de una acción a balón parado y del oportunismo y la viveza de su último fichaje. El gol del triunfo no debió subir al marcador, porque Cassano estaba en fuera de juego y después cometió una posible falta sobre Doblas, provocando la indignación de los béticos, que fueron muy superiores tras el descanso hasta que el italiano acabó con el partido.

Agonía blanca

En la primera parte los blancos sólo pasaron apuros a balón parado y ante los lanzamientos desde larga distancia de un Betis que no salió a por el partido desde el principio y demostró demasiado respeto hasta la segunda parte.

Le tocaría trabajar más de lo esperado a Casillas, cuando el Madrid reculó y permitió que el Betis se creciese, aunque los sevillanos estuvieron sin puntería, nulos arriba. La agonía blanca se estaba prolongando demasiado y el Madrid había pasado a depender exclusivamente de su vulnerable defensa. Pero no tardó en llegar la cantada de Doblas y la posterior actitud de Cassano, que fue víctima de una falta y fue muchísimo más listo que el portero para casi sentenciar la eliminatoria, después de cargar al guardameta. El Betis acusó el mazazo y el Madrid, ya más asentado, sólido y autoritario, recurrió al juego práctico y a la experiencia para enfriar la recta final e impedir alguna oportunidad de un rival que siguió intentándolo, pero sin cabeza, con prisas y sin profundidad.