Cultura

El Reina Sofía pierde una escultura de Richard Serra de 38 toneladas

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La realidad sigue empeñada en superar la ficción y, por imposible que parezca, el Museo Reina Sofía ha perdido una escultura de Richard Serra de 38 toneladas de peso. No se sabe dónde está, ni quién la tiene, ni siquiera si sigue en pie.

La rocambolesca historia es digna del mejor guión de Hollywood. Todo comenzó en 1986, cuando el museo aún no funcionaba como tal, sino que figuraba como Centro de Arte Reina Sofía, dependiente del Ministerio de Cultura, y se dedicaba a la celebración de exposiciones temporales. Bajo la dirección de Carmen Giménez, encargó al artista norteamericano una escultura que formaría parte de la exposición que inauguró el centro. Permaneció abierta del 26 de mayo al 15 de septiembre, y el catálogo incluía también obras de Baselitz, Saura, Chillida, Tàpies y Twombly.

Richard Serra ideó la pieza Equal-Parallel/Guernica-Bengasi en acero, formada por dos bloques de 148,5 por 500 por 24 centímetros y otros dos de 148,5 por 148,5 por 24 centímetros. El museo la adquirió al propio artista al año siguiente para que pasara a formar parte de su colección, por 450.000 marcos (unos 36 millones de pesetas de entonces). Un precio que se ha disparado, dado que la cotización de Serra (para muchos el escultor vivo más importante) no ha hecho más que subir en los últimos años.

En la época en la que adquirió la pieza del artista estadounidense, el centro no contaba con dependencias adecuadas para almacenar una obra de esas características. Para solucionar este problema, se envió la escultura a una firma dedicada al almacenaje de obras de arte, Fluiters, situada en Torrejón de Ardoz. Además, según fuentes del Reina Sofía, la obra también permaneció una temporada en SIT, otra empresa especializada.

En 1990 se volvió a montar la escultura para su exhibición, durante un breve espacio de tiempo, en el Museo Reina Sofía. Pero en el mes de noviembre de ese mismo año pasó a un nuevo emplazamiento: el almacén de Macarrón S. A., otra empresa especializada en montaje. Sin embargo, en 1998, esta empresa se disolvió por suspensión de pagos y la Tesorería embargó la nave, aunque no su contenido.

Durante todos estos años, ninguno de los directores del museo parece haberse acordado de la obra, a pesar de su relevancia dentro de los fondos del Reina Sofía por tratarse de la única pieza del cotizado escultor estadounidense que figura en su colección.