Santiago y abre España

Santiago abre España mientras los progres pretenden volver a las taifas

El camino de Santiago abre muchas puertas ABC
Francisco Robles

Esta funcionalidad es sólo para registrados

El mester de progresía se dedica a trazar la caricatura de España. Uno de los temas recurrentes ha sido el Santiago y cierra España que nada tiene que ver con la luminosa realidad de nuestra nación. Porque si España no es una nación, ¿entonces qué es? Al comparar lo real con el torpe dibujo que pergeña el progre revenido y anticuado, aparece Santiago como el apóstol que le da nombre y sentido al camino que nos abre a Europa, a ese Occidente con mayúscula que nada tiene que ver con el mito edulcorado de las tres culturas. Otro misterio: solo se valora la cultura islámica frente a la cristiana o la judía en todos los foros, observatorios y demás chiringuitos que se montan con tal nombre.

Santiago es la apertura al mundo civilizado, a la democracia que separa el Estado de la Iglesia —o de las distintas iglesias— con el bisturí ilustrado de la Razón. Santiago es la superación de las teocracias que tanto le gustan al progre ibérico. Y es la igualdad radical entre los seres humanos, empezando por la del varón y la mujer. O viceversa. La Europa que tanto odian los que no ven la viga en el ojo de las teocracias que pretenden devolvernos al Medievo, entra y sale por ese camino, cordón umbilical que nos lleva a la placenta del gótico que alimenta nuestra espiritualidad.

Santiago es la llave que abre España a ese humanismo cristiano que reivindica Pablo Casado para solaz del ignorante que está deseando colgarle el sambenito laico de la extrema derecha. Dentro del humanismo cristiano caben el creyente y el agnóstico, incluso el ateo que defiende valores básicos y progresistas como la libertad o la vida. Para eutanasias varias ya estaban los regímenes totalitarios que despreciaban al otro hasta el extremo de negarle su humanidad. El humanismo cristiano defiende a quien todavía no ha nacido, y se niega a matar a quien haya cometido los más repugnantes crímenes. Eso no es la superioridad moral impostada del mester de progresía. Eso es el resultado del mayor avance que ha llevado a cabo la especie humana, y que hunde sus raíces en aquel tiempo —in illo tempore— de Santiago como apóstol del Cristo cuyo mensaje sigue más vigente que nunca.

Santiago abre España mientras los progres pretenden volver a las taifas. Terruños alambrados con las fronteras del idioma. ¿Cabe mayor despropósito? ¡Pero si las lenguas se inventaron para comunicarnos, y no para separarnos! Otro de los grandes misterios de nuestra democracia está ahí. En la devoción que siente el progre universalista por los que quieren resucitar la tribu con ímpetu aldeano. El camino de Santiago es todo lo contrario. Algunos prefieren coger un avión para asistir a un concierto de rock. Pero esto forma parte de la demagogia de bajo vuelo. Si lo hubiera hecho el registrador de la propiedad, le habría caído la del tigre. Pero el progre tiene carta blanca. Siempre hubo clases. Incluida la business face, vulgo por la cara.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación