Álvaro Ybarra

La oportunidad de la Sevilla emprendedora

La supresión de las fronteras que han supuesto la globalización y la revolución digital han hecho posible este «milagro» incipiente que deberíamos cuidar como oro en paño

Álvaro Ybarra
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Una de las ventajas de la revolución digital es que ciudades como Sevilla, tradicionalmente fuera de los circuitos donde la cultura empresarial tiene peso específico, se ha convertido en un lugar ideal para crear una empresa tecnológica. No lo dice un sevillano chovinista. Lo afirma con rotundidad Manuel Villalón, emprendedor e inversor de startups, economista de Riotinto afincado en Sevilla tras trabajar en Londres y Barcelona, que creó hace cinco años la asociación andaluza de «business angels» para apoyar el emprendimiento y hace dos el fondo de inversiones Southup Ventures que presta apoyo financiero a startups. Empezaron siendo cuatro «ángeles» y ahora son ya treinta, según le contaba ayer en estas mismas páginas al periodista Jesús Álvarez en una jugosa y esperanzadora entrevista.

En su corta andadura han estudiado ya casi trescientos proyectos sevillanos y andaluces, lo que da una idea del talento desbordante que existe en esta tierra, de los que cerca de treinta son hoy una realidad tecnológica y empresarial.

Acostumbrados a lamentarnos de que el carácter y el ambiente que se respira en Andalucía sea frecuentemente un lastre para el emprendimiento causa una grata sorpresa conocer de la mano de este promotor que Sevilla está en la carrera para competir en los negocios tecnológicos. La supresión de las fronteras geográficas y de conocimiento que han supuesto la globalización y la revolución digital han hecho posible este «milagro» incipiente que deberíamos cuidar como oro en paño pues de él depende en parte nuestro futuro económico.

Diríase que precisamente la falta de cultura empresarial es la que hace posible en Sevilla este aún tímido florecimiento. A los sectores tradicionales españoles les está costando mucho más trabajo la adaptación tecnológica mientras que aquí, salvo contadas excepciones, se parte de cero. La financiación para los nuevos proyectos ha dejado de ser una rémora pues si son buenos encuentran financiadores. De hecho rara es la semana que no damos cuenta en la sección de Economía de ABC de la entrada de un fondo en una tecnológica local. Tampoco es necesario ya pertenecer a un círculo empresarial determinado pues la revolución tecnológica ha democratizado el acceso a muchos sectores. Con poco capital, buenas ideas, constancia y perseverancia es posible crear una empresa internacional. Es cierto que la tasa de mortandad de las empresas digitales roza el 80 por ciento, pero son muchos los emprendedores que no se dan por vencidos al primer fracaso. Los jóvenes sevillanos tienen una buena oportunidad de engancharse al tren tecnológico. Talento les sobra. Y la constancia se aprende con la práctica.

@aybarrapacheco

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