OPINIÓN
Aire fresco
Por eso, al igual que ha ocurrido a nivel municipal, provincial y autonómico, todo parece indicar que esa brisa de aire fresco también llegará la noche del 23J a la A-6
Al ritmo del tiempo inestable que vivimos en estas semanas en las que las lluvias torrenciales se solapan con un sol radiante, el verano se va a acercando. Es tiempo, más que nunca, de abrir ventanas y ventilar a primera hora de la mañana para que la brisa, sobre todo, si es marina, renueve el aire interior.
En política, los meses de mayo y de junio, habitualmente elegidos para la celebración de comicios, suelen ser momento de «renovar» el aire interior de las instituciones cuando éste empieza a estar viciado. Este 28M ha sido ejemplo de eso: en muchos puntos de España el aire interior de gran parte de los Ayuntamientos, Diputaciones y Comunidades Autónomas, con un color entre rojizo y morado, empezaba a estar excesivamente estancado y necesitaba renovarse. Así ha sido y volverá a tener un color más acorde con el azul del cielo y del mar.
Desde Ferrol a Valencia, desde Baleares a Extremadura, desde Valladolid a Toledo, llegando hasta Sevilla o desde Badalona a Cádiz, pasando por Granada, una brisa de aire fresco entrará en distintas instituciones renovando y cambiando el ambiente que se respiraba.
A diferencia de lo que ocurre en otros ámbitos de la vida, en política, salvo para unos pocos, el cambio siempre suele ser recibido con alegría. Dicho de otro modo, el que se va, suele irse, por lo general, sin pena ni gloria y el dicho de «a rey muerto, rey puesto» suele aplicarse prácticamente en su totalidad. Gobernantes de mucho peso y de trayectoria sustentada en décadas de dominio en las urnas han caído en desgracia después de un mal resultado electoral.
El aire fresco suele, por tanto, ser bien acogido en las instituciones y traer consigo un periodo de ilusión o de «luna de miel» inicial. Por tanto, a diferencia del vacío y la tristeza que pueda dejar en el mundo del fútbol la marcha de Benzema del Real Madrid, a diferencia del recuerdo permanente que existe de Mágico González en el Cádiz C.F. aunque permanezca en primera un año más, el día que un político se va, habitualmente solo los más cercanos lo recuerdan tiempo después y sienten tristeza por su marcha.
Ese nivel de desapego por la clase política aumenta de manera directamente proporcional al tamaño de la administración al que pertenece ese representante público. Es decir, puestos a echar de menos, es más fácil hacerlo con un alcalde que con un presidente del Gobierno.
El 23 de julio, cuando en municipios como Écija o Jerez de la Frontera el termómetro marque temperaturas cercanas a los 40ºC, los españoles tendrán que ir a votar o estar sentados en una mesa electoral. Una decisión personal del presidente del Gobierno para lanzar una cortina de humo que tape su último batacazo electoral. Un nuevo movimiento de escapista digno de Houdini: arrodillar a todo un país a su antojo para que sostenga la posibilidad de pasar unos días más disfrutando de los jardines de la Moncloa y del Falcon, burlando así rendir cuentas ante su partido. Una nueva muestra de que, entre los españoles y Sánchez, el presidente siempre se elige a él mismo.
Por eso, al igual que ha ocurrido a nivel municipal, provincial y autonómico, todo parece indicar que esa brisa de aire fresco también llegará la noche del 23J a la A-6, carretera donde se encuentra el Palacio de la Moncloa, procedente de todos los puntos del país.
Y será necesario ese aire fresco, más que nunca, no solo por las temperaturas previsibles en la fecha de las elecciones, sino porque la política nacional en nuestro país necesita aire renovado que se lleve todo lo malo que estos 5 años que comenzaron en junio de 2018 nos han dejado. Una bocanada de aire que acabe, de una vez, con el narcisismo como modelo de gobierno, con la división incentivada desde los poderes públicos y con la ausencia de ilusión por un país con más oportunidades y en el que se ponga en valor lo que nos une como españoles frente a lo que nos separa.
