OPINIÓN

Vota PSOE: tiene arte

Poco importa que el instituto del Rosario no vaya a ser uno de los cinco museos de 'vanguardia' mejor dotados de Andalucía, ni de los 20 primeros de España

J. LANDI

Debe de ser la enésima «apuesta decidida» pero nadie les pidió que jugaran a nada. Afirman que «lo ponen en valor» pero valor hay que tener para presentarse con eso. Ellos, maestros de la obstrucción por interés partidista. Al menos, aquí. Los autores de ‘Un tranvía llamado choteo’. Los que anunciaron hace un mes que en unos años anunciarán en qué fecha anuncian la construcción del nuevo hospital anunciado en 2005. Los que han hecho de su tiempo libre un arte y del nuestro, una ruina en primera línea de playa. Los de la ciudad de la justicia de saldo, los que presentan una marquesina como el Palacio Ufizzi del transporte urbano. Los que bloquean la entrada a la ciudad porque cuatro esnobs les paran en la aduana. Ellos, que reflexionan en la intimidad sobre escuelas de Náutica, Valcárceles y puertos sin vallas ni mercancías, sobre ciudades del mar. Los que dicen que las bicicletas son para el verano. Pero siempre para el siguiente. Ellos, habitantes del albergue del olvido, intachables a la hora de velar por la familia y convertir la administración pública en empleo particular y eterno.

Esos, los mismos, hablan de arte y saben lo que dicen. Lo tienen. En lo personal y en lo literal. Tienen muchas obras de arte contemporáneo, un fondo muy valioso, formado por obtenciones varias y compras en ferias. Pasatiempos de cuando había fondos. El argumento para crear un museo de arte contemporáneo en el abandonado instituto del Rosario es imbatible: les da pena que esas obras estén guardadas. Qué más da que la ciudad tenga otras mil necesidades (las tiene casi todas, pudieron elegir entre un gran catálogo). Qué más da que vaya a ser el enésimo edificio rehabilitado con la burda excusa pseudocultural que malvivirá sin público, ni programación atractiva. Como el Gobierno Militar, como los cuarteles de Carlos III y el castillo. Sólo la vieja Cárcel Real tiene cierto imán por acertado programa e inesperada buena ubicación.

Poco importa que no vaya a ser uno de los cinco museos de 'vanguardia' mejor dotados de Andalucía, ni de los 20 primeros de España. Si de reivindicar el arte contemporáneo se trata (muy minoritario, por cierto. Incompatible con los espacios cerrados, según sus seguidores) habría bastado con reforzar la pusilánime propuesta de ECCO mediante un buen acuerdo en vez de dividir en dos y dispersar una oferta que ya resulta poco interesante para vecinos y visitantes (llamados también «gente» o «público»). El objetivo último y primero, único, es «hacer algo con el edificio». Algo. Lo que sea. Rápido, que ya están aquí. Qué más da que no interese un carajo a nadie. Pero que parezca algo.

Es lo que tienen los últimos meses antes de elecciones, que los electos dejan de reírse en el despacho y lo hacen al aire libre. Ha comenzado la cabalgata del humor. Juancho irá puerta a puerta con su catálogo vintage titulado ‘Tal como éramos’ tras sacudirle el polvo. Los socialistas -con su candidato de récord jugando a la política de salón y de las películas- tratará de rentabilizar todo ese arte creado sin interrupción desde los tiempos de Warhol: 40 años en cartel. Por último, San Kichi bendito -dios pagano de los adoradores de la paga, pope del gaditanismo practicante, luz de los desvalidos- sólo ha de esperar que caiga la breva por goleada, por incomparecencia del rival.

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