Sumisión

Si Mick Jagger hubiera nacido escritor sería Michel Houellebecq, el Rolling Stone francés de las letras. El año pasado visité a unos amigos muy queridos en Hondarribia y entre el viaje en avión y los días que allí disfruté pude leer la última novela de Houellebecq, que adquirí antes de embarcar. El libro se llama ‘Sumisión’ y su acción se produce en el año 2022 cuando el candidato a la Presidencia de la República de un nuevo partido islamista moderado alcanza la victoria en una segunda vuelta electoral, gracias a un pacto con los socialistas y la derecha. El voto de castigo descabeza a la candidata del Frente Nacional y el Islam acaba rigiendo, progresivamente, en Francia y sus instituciones.

La publicación de esta obra provocó que Houellebecq fuera amenazado mil y una noches por fans de las huríes. Curiosamente, el autor protagonizaba la portada del Charlie Hebdo el día del famoso atentado.

El artificio legal por el que sucede todo lo antes descrito se denomina en francés ‘ballotage’, traducido como balotaje en español y ‘segunda vuelta’ en gaditano. Celebrada una primera elección, se limita el sufragio pasivo en la segunda a los dos candidatos que han obtenido más votos. Este sistema presidencialista se aplica en en varios de los más importantes países del mundo pero no por ello deja de tener diferentes variables y defectos, como los que idea el propio Houellebecq, un genio misógino y provocador, al presentar una Francia islamizada que cambia radicalmente, en unos meses, su legendario carácter laico para adaptarse a los nuevos tiempos del burkini.

La eterna partida de ajedrez que está ejecutando, inasequible al desaliento, Mariano Rajoy, no se hubiera podido producir con el balotaje. Mientras llega y no llegan los comicios del 25 de diciembre y se van desgastando sin remedio todos sus rivales, el Partido Popular lleva gobernando en precario España más de un año de prórrogas forzosas. Sus ministros, asesores y cargos de confianza continúan en sus puestos, cobrando puntualmente y afianzando sus poderes y relaciones.

Pensaba en todo esto tomando un café con unas gotas de leche. Si en España se institucionalizara el balotaje en vez del actual sistema electoral hace un año que habría presidente del gobierno. Y probablemente sería Pedro Sánchez.