El Apunte - OPINIÓN

Un presupuesto maldito

La imposibilidad de vender en 2016 la Tribuna del estadio condena ahora las cuentas municipales

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El Ayuntamiento de Cádiz se enfrenta a partir de ahora a uno de los peores escenarios económicos posibles. La imposibilidad de vender la Tribuna del estadio Carranza en 2016 para abrir un hotel pone en cuarentena la viabilidad del presupuesto para este año. El equipo de Gobierno elaboró en mayo del año pasado unas cuentas en las que incluyó dos ingresos que no estaban nada claros. Por un lado, 9,8 millones de euros por la venta de la Tribuna del estadio y, por otro, 8,5 millones procedentes de planes de formación y empleo de la Junta.

La previsión era a todas luces una temeridad, ya que el concejal de Hacienda, David Navarro, contabilizó dos aportaciones que, en ningún momento, estaban garantizadas.

El tiempo ha dado la razón a los grupos de la oposición, que advirtieron, nada más conocer los números del edil, que se trataba de un presupuesto «ficticio y desequilibrado».

Ninguno de los tres grupos políticos que integran la oposición en San Juan de Dios dieron su apoyo a esas cuentas, lo que obligó al alcalde, José María González ‘Kichi’, a aprobarlas en junio por decreto en Junta de Gobierno. La corporación empieza el nuevo 2017 con un desfase contable de 18 millones de euros en sus cuentas, lo que obliga ahora a sus técnicos municipales a recalcular los gastos previstos para poder adaptarlos a los ingresos.

No hay que olvidar que el presupuesto de 2016 se ha prorrogado este año y, aunque el equipo de Gobierno logre vender la Tribuna ahora mismo, ese dinero no se podrá contabilizar hasta la redacción de un nuevo presupuesto. Esta situación pone en jaque la gestión del edil de Hacienda que, en más de una ocasión, ha presumido de tener sobre la mesa tres ofertas para la compra de la Tribuna del estadio.

La sombra de la duda ha perseguido desde el primer momento esta operación. No hay que olvidar que la oposición preguntó en el Pleno de noviembre por los trámites de la compraventa y por los supuestos interesados, sin embargo, el Ayuntamiento no ha desvelado en ningún momento sus cartas alegando que existe una cláusula de confidencialidad. La operación, por ahora, está en el aire y las cuentas municipales, en números rojos. Con este escenario resultará difícil suscribir nuevos créditos e invertir en obras.

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