OPINIÓN

Política de Instagram

La crisis del Open Arms vuelve a evidenciar que el PSOE de Pdro Snchz se ha especializado en sobrevivir a base de gestos vacíos sin aportar soluciones reales a nada

Los inmigrantes del 'Open Arms' llegaron a San Roque a bordo del Audaz y de allí fueron trasladados a Chiclana.

La crisis del ‘Open Arms’ ha vuelto a evidenciar que para el gobierno en funciones de Pdro Snchz –¿se acuerdan, cuando imitaba a ZP?– existen dos tipos de inmigrantes: los que afectan a su imagen política y los que no. Ambos le importan un pimiento, pero los primeros le dan dolores de cabeza. Los segundos, aunque sean infinitamente superiores en número, ni eso. Al fin y al cabo, llegan en un goteo constante de pateras y apenas sale alguna reseña en las páginas de Sucesos de la prensa local. Por eso, al aspirante a presidente de España todas y cada una de esas pateras le traen absolutamente al pairo. Son miles de personas que tal y como ponen un pie en España son ‘retiradas’ del foco mediático. Y para un partido político como el PSOE, que se ha especializado en sobrevivir a base de lanzar mensajes previamente elaborados por sus asesores de imagen, no suponen un problema. Digamos que están controlados. Otra cosa es un vídeo de la cubierta de un barco en medio del mar al que no dejan atracar en ningún país. Con personas agonizando y un capitán denunciando la situación ante las cámaras.Ahí ya los asesores empiezan a temblar.Aunque se trate de 150 inmigrantes frente a miles que llegan en similar o peor situación. Aunque sea hacerle claramente el juego a las mafias que les abandonan en alta mar sabiendo que siempre habrá un ‘Aquarius’ o un ‘Open Arms’ que los recoja. Y sabiendo que Europa –por ser justos no es un problema sólo de España y Pdro Schz, sino del conjunto del mundo occidental–, no los puede dejar abandonados a su suerte. Es obvio que a todos esos inmigrantes hay que ayudarles. Lo que es una vergüenza es la utilización política que se hace de ellos. Y ahí el PSOE sí está a la cabeza de Europa. Porque por lo visto nos hemos convertido en país de buenistas, de cínicos, de justicieros, de mediocres que sólo saben dar lecciones de comportamiento a los demás sin mirar en su interior. Y por eso cada vez que otro país, o algún partido político, se muestra medianamente firme –en política migratoria o de cualquier otro ámbito– se le echa encima un ejército de indeseables a través de las redes sociales. Y nunca llegamos al fondo de las cosas. Sólo ponemos parches. Acogemos a 15 inmigrantes y creemos haber cumplido. Olvidándonos de los otros miles que llegan en ese goteo constante. Pero a los que nadie hace caso. Los medios de comunicación de la provincia de Cádiz llevamos años contándolo. Y seguiremos haciéndolo. Aunque a los asesores del Gobierno en funciones no les importe. Sólo son importantes los que hacen ruido. Como bien afirma el gran Ignacio Camacho, somos cada vez más un país ‘líquido’, sin solidez, sin convicciones, sin firmeza. En el que el Gobierno actúa con la única intención de quedar bien, pero sin aportar solución alguna. Como si en lugar de la democracia y la Constitución, el sistema que nos rige fuera Facebook o Instagram.

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