EL APUNTE

Patrimonio insustituible

El efecto de la crisis climática amenaza a un valor económico, social y cultural además de natural: la playa

Son tantos los años que Cádiz lleva de moda como destino veraniego en España, son tantas campañas de promoción turística, que resulta redundante recordar lo que son las playas para Cádiz. Son su alma y su escaparate, su mayor atractivo y patrimonio natural, ... aunque ni mucho menos el único. Pocas provincias españolas tienen más kilómetros de arenas más limpias, de orillas más largas y anchas. Muchas de ellas sin mancha de edificios.

Es evidente que forman parte esencial, quizás la principal, de la oferta de todo el sector servicios. Nadie lo va a poner en duda, menos aún en pleno verano. Por ese motivo se trata de cuidar una riqueza tal que va mucho más allá de lo paisajístico, que es valor natural, escenario cultural y hasta pulmón ecológico de varias ciudades de la provincia que no tienen otras alternativas verdes. Si las playas se entregan a la contaminación y los vertidos, si se someten a los estragos de la crisis climática que eleva la temperatura media y arrastra especies de otros ecosistemas, si se les da un mal uso, si se venden por parcelas a intereses comerciales particulares, si se accede a su ocupación constante, son cientos de miles de gaditanos y visitantes los que pierden su gran lugar de esparcimiento. Sin alternativa, además. De chiringuitos a hoteles, de transportes a gastronomía tienen un vínculo clave con las playas. De Sanlúcar hasta Sotogrande. De ahí que haya que protegerlas y cuidarlas, engrasarlas sin ensuciarlas, para que mantengan su papel de motor principal del esencial sector turístico en la provincia.

Todas las partes reconocen que es necesario actuar de forma urgente y decidida cuando hay daños provocados por los temporales pero también es preciso limitar hasta dónde llega la influencia humana en los cambios naturales que amenazan con mutilar playas, llenarlas de algas o medusas propias de otras costas, asfixiarlas en plásticos y basuras...

Revertir los efectos de tanto daño llevará décadas, porque son muchos años de contaminación salvaje e inconsciente. Ahora empezamos a ver los efectos en nuestra vida diaria, en muchos ámbitos, pero en el caso de esta provincia resulta esencial el efecto que tiene ese desastre mundial en las playas porque son un valor económico, laboral, social, paisajístico y cultural además de natural. Nadie se imagina esta tierra con menos y peores playas.

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