El Apunte

Un mito flotante para confirmar la tendencia

La llegada del 'Queen Mary 2' supone un hito en el turismo de cruceros de Cádiz, un reconocimiento a una progresión asombrosa que debe ser rentabilizada

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Que la ciudad de Cádiz se ha convertido en la mayor sorpresa española en el turismo de cruceros hace muchos meses que dejó de ser novedad. La progresión de la ciudad en este apartado específico desde hace unos diez años ha sido sencillamente espectacular. Las cifras y los expertos coinciden. Ningún puerto español ha crecido más, y mejor, en este área. Las coincidencias de varios grandes barcos, los desembarcos masivos de visitantes o sus impresionantes características técnicas han dejado de sorprender a casi todos. Los momentos especiales han sido tantos, tan seguidos, que cuesta mantener la expectación . Sin embargo, el próximo sábado se produce otro que merece atención propia. Llega a Cádiz un mito, o su heredero, el ‘Queen Mary 2’.Es uno de los cuatro cruceros más grandes del mundo y atracará en el muelle Alfonso XIII a las siete de la mañana.

Es la primera vez que atraca en la ciudad este histórico barco, asociado al primer turismo, al lujo. Las dificultades de calado y eslora que habían impedido anteriores visitas han sido resueltas con obras de mejora.Llegará desde Nápoles con 2.400 personas. Construido en los astilleros franceses de Saint-Nazaire en 2003, costó 800 millones de dólares y fue botado el 12 de enero de 2004. Cuenta con 14.164 metros cuadrados de espacio en la cubierta exterior, cinco piscinas del barco son al aire libre, una de ellas cubierta con un techo retráctil. Cuenta con 1.310 camarotes, 14 bares, 12 restaurantes, un auditorio con similar aforo que el Gran Teatro Falla (1.094 espectadores en el caso del buque), biblioteca, casino, pistas de tenis, baloncesto y golf, además de gimnasios.

Todas estas cifras gigantescas sólo sirven para resaltar a Cádiz como puerto receptor de cruceros. Este modo de turismo se ha afianzado porque la ciudad tiene atractivos para atraerlos y ahora el reto es rentabilizarlos. Cada vez se quedan más cruceristas. Cada vez son más los que la conocen y los que repiten. Se trata de pasar a la acción, de vivir estas escalas como acontecimientos, sin considerarlas normales ni aburrirse. Mucho menos el comercio y la hostelería que están en la obligación de aprovechar la ocasión.

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