Montiel de Arnáiz

Leones con Quevedos

Coincidiendo con el 400º aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes, algún lumbreras ha pensado en dotar de visibilidad a la efemérides calzándole dos gafitas a los leones del Congreso

Montiel de Arnáiz
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Coincidiendo con el 400º aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes, algún lumbreras ha pensado en dotar de visibilidad a la efemérides calzándole dos gafitas a los leones del Congreso de los Diputados, Daoíz y Velarde, travistiéndolos en Errejones de acero metal. En Cataluña y otras comunidades autónomas incumplidoras del déficit es tradición regalar libro y rosa como esencia de la festividad de Sant Jordi, lo que supone el uso de la literatura como fenómeno dinamizador de la cultura y, por ende, de la economía. Mientras en nuestra tierra diversas librerías y editoriales tratan de darle vida al mundillo literario al tiempo que la Diputación Provincial de Cádiz apuesta por una batería de acciones de impulso cultural, en Madrid contemplamos cómo se disfraza con anteojos quevedescos a dos estatuas de bronce que parecen leer la obra de Cervantes.

Se otorga así más importancia a la imagen publicitaria que a la propia obra del autor del Quijote. No sé si esto se le ha ocurrido a José María Lasalle, humanista culto y competente (casi demasiado para haberse dedicado a la política), o a algún compiyogui de tres al cuarto. Es más, ni siquiera me parecería mal esta acción de marketing si no fuera porque no viene acompañada de la entrega coetánea de ejemplares del hidalgo de la Mancha en colegios, institutos, facultades y colas del INEM.

Por otro lado, pudimos disfrutar en el Congreso de los Diputados de una amena charlotada protagonizada, según los malvados habituales, por los titiriteros de Carmena, como si doña Manuela fuera dueña de sus almas teatrales; su legítima master of puppets. Dentro del desenfado del momento se soltaron verdades de a treinta euros el kilo: decía el remedo cervantino que él con una sola mano había escrito la principal obra de la historia de la literatura en dos arreones mientras que sus señorías llevaban meses sin alcanzar un acuerdo, para desesperación de la nación. Estamos abocados a sufrir la falta de profundidad y valía, la mediocridad, de muchos de nuestros gobernantes, que ofrecen vacuas campañas publicitarias en vez de darnos pan y un Congreso de Diputados en vez de un circo romano en el que a buen seguro enfermarían esos leones con quevedos si tuvieran que devorar a estos ‘cristianos’ mentirosos, cínicos, irresponsables y frikis.

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