Inodoras, incoloras e insípidas

De un tiempo a esta parte estamos observando que autores de letras de nuestras agrupaciones escriben en sus versos, en la mayoría de veces, bastante más de cara a la galería que por denunciar y reivindicar algún hecho social o en interpelar por sucesos pasados en nuestra capital o en nuestro país. Hoy día escriben más a todas aquellas cosas que son como el agua, es decir, inodoras, incoloras e insípidas. Se escribe a todo aquello que es inocuo e insustancial. A todo lo que no ofende y no molesta a nadie. Son muy pocos los que se mojan y utilizan el carnaval como medio de crítica o protesta. Los autores en sus letras de hoy ejercitan mucho el peloteo al gobernante, a la corona, a quien les paga, a quien les debe, incluso halagan a los que nos gobernaron, a la prensa, a la televisión, en definitiva a todo aquello que pueda ir en su contra alguna vez para llevar a rajatabla eso de no morder la mano del que te da de comer.

Hoy sus críticas la basan solamente en aquellas que señalan al compañero o al organizador de turno, o en algo tan irrelevante como el recorrido de una procesión. Todo eso estaría muy bien cuando de cada ocho letras, una o dos fuesen dedicadas exclusivamente a esos menesteres. Pero por desgracia no es así. Este año muchísimos autores dedicaron su repertorio a echar piropos a todo, a la mujer, a La Caleta, al que vuelve, al jurado, algunos incluso a cortejar a la Teo, a escribir galanterías de sus concejales, a ensalzar las excelencias de su propio grupo, y hasta la calle Sagasta lo bonita que es. Muchos autores han tomado nuestro Concurso como plataforma para su promoción. Nada tiene de malo. Todo es lícito y no existe nada indecente en ello, pero bajo mi prisma de autor y aficionado es poco honesto.

Hemos visto a autores escribir temas sin más pasión que buscar la victoria y con el único entusiasmo de servir al nuevo líder de la humanidad, don dinero. Nuestros antepasados se estarán revolviendo en sus tumbas al comprobar que sus horas pasadas en la Prevención por la censura hoy en día se ha cambiado, o mejor dicho, vendido en pro del espectáculo y al poderoso don dinero. El carnaval de la libertad queda un poco lejos. Hoy día quien escribe una letra en contra de Cataluña, otras veces lo hace sobre la libertad de los pueblos a decidir, el que regala una letra a la derecha, en la siguiente ocasión se la regala a la izquierda, el que canta un tema contra la Iglesia, en otro pase se lo brinda al Nazareno, el que propone una letra a favor de la república, en cuanto puede y para no señalarse mucho, enardece a la corona por su comportamiento en el famoso día del golpe de Tejero, o incluso los hay quien se declara anti taurino y anteriormente le hizo un pasodoble al arte del toreo. Pocos se mojan y dejan claro del lado que duermen. Hay que ser más honesto con uno mismo y con lo que se escribe. Si eres autor que comulgas con ruedas de molino y transiges con ciertos temas aunque no estés de acuerdo, dedícate a escribir poemas y cuentos para bebés pero no en carnaval. El dinero y el éxito no lo es todo, créanme, la Libertad y el Amor lo superan.