El Apunte

Impunidad superada

La batalla contra el narcotráfico provoca su dispersión pero frena la sensación de crecimiento

Una de las decisiones más acertadas en la lucha con el narcotráfico durante la pasada legislatura fue prohibir el uso privado de las lanchas rígidas y semirrígidas conocidas como narcolanchas. Estas embarcaciones potentísimas, se construyen por encargo en talleres clandestinos de la provincia ... gaditana y de otros puntos del litoral andaluz... Y gibraltareño. Son los vehículos utilizados para el tráfico de droga entre Marruecos y España. Los conductores de las narcolanchas son de los que más se embolsan en este negocio, donde las mafias captan a jóvenes de la zona para hacer el trabajo sucio. Los conductores de las ‘ gomas ’ están dispuestos a arrojar la carga al mar cuando atisban presencia policial y reciben por este trabajo hasta 60.000 euros por servicio concluido. Si se sitúan entre los que no tiran la mercancía, la cifra asciende a 90.000 euros.

Valga ese ejemplo, entre varios, como prueba del notable incremento de la presión de la Justicia y del número de actuaciones de la Guardia Civil y de la Policía contra el narcotráfico en el Campo de Gibraltar . En apenas un año, se ha pasado de la sensación de impunidad (representada por aquel asalto al hospital de La Línea) al acoso asfixiante de la Ley a los delincuentes. Hasta tal punto, que ya son comunes los conflictos entre ellos y los cambios de rutas. Las organizaciones criminales intentan ahora elegir otros puntos de desembarco para alijar su mercancía, generalmente hachís.

Los clanes de la droga que campaban hace unos cuantos meses a sus anchas en La Línea, Algeciras, Los Barrios y Gibraltar. Era el territorio comanche de las redes del narcotráfico que parecían no tener control ni freno hace muy poco tiempo. Hasta manifestaciones ciudadanas, fruto del estupor y la alarma, se vieron en las calles de la comarca. El Ministerio de Interior, bajo varias administraciones de distinto signo político, ha sabido sin embargo enviar refuerzos y poner medios para frenar la actividad de los narcos.

El efecto secundario indeseado es la dispersión del fenómeno. Menos intenso pero en más territorio. Con todo, parecen lejanas las sensaciones de miedo por el aumento de la delincuencia y por la posibilidad de que las mafias colombianas pudieran estar asentadas en el extremo Sur de Cádiz . La presión piolicial se mide por éxitos. Las detenciones y las incautaciones de nuevos alijos son ahora el común denominador en una zona que estaba gobernada por el narcotráfico.

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