Fernando López Gil - Delegado del Gobierno Andaluz en Cádiz

La imprescindible actitud

Hoy conmemoramos el 28 de febrero

Fernando López Gil
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Hoy conmemoramos el 28 de febrero, el Día de Andalucía. Un día cuya significación y alcance se delimitan por la celebración del Referéndum de Autonomía de 1980. El de mayor porcentaje de participación y de votos afirmativos de los que se han celebrado en todo el mundo.

Esa conquista comenzó tres años antes cuando más de un millón y medio de andaluces, se manifestaron en las capitales de todas las provincias. Por entonces yo tenía solo 4 años, pero me siento profundamente heredero de esa tradición política, de la que pudimos aprender grandes cosas.

Aquellos andaluces nos mostraron que sólo se consigue lo que ansiamos como pueblo cuando la gente en la calle se compromete. Nos enseñaron también que cuando nos juntamos de verdad, sin imposturas para poner en marcha nuestras exigencias, nuestra fuerza, la fuerza de Andalucía, es imparable.

Porque a pesar de todas nuestras diferencias, lo que tenemos que tener claro es que o vamos juntos a entendernos, porque juntos subimos, o caemos.

Hoy, es verdad que vivimos como el resto de España y Europa un momento difícil, un momento complicado. Y es verdad que consecuencia de ello hoy hay gente muy desanimada. Los periódicos nos hablan de crisis; enciendes la televisión y te hablan de corrupción; quieres escuchar la radio para desahogarte un poco y te hablan del déficit. Y a eso le unimos los problemas personales de cada uno. Parece que hay pocas fuentes de alegría o para tener confianza. Hay mucha gente que está desanimada, desbordada, desquiciada… Porque hay una crisis espectacular también de estado de ánimo.

Sin embargo, ninguna sociedad que quiera avanzar puede sentirse paralizada por las circunstancias. Para avanzar es necesario que se sienta estimulada por las oportunidades que se nos ofrecen.

Sin autocrítica de lo que no va bien es verdad que no podemos avanzar. El triunfalismo es siempre paralizante. Pero conocer y resaltar los logros alcanzados, nos debe servir como estímulos para seguir creciendo. Porque la motivación y la confianza son el primer requisito para el desarrollo de cualquier sociedad.

No podemos elegir las circunstancias, nadie ha elegido esta crisis, y nunca podemos elegir las circunstancias que nos tocan vivir. Pero siempre podemos elegir nuestra actitud ante ellas.

Es verdad que las circunstancias influyen, y el entorno condiciona, a veces muchísimo, pero siempre hay ese pequeño espacio donde decidimos nuestra actitud y cómo afrontarlo.

Permanentemente estamos decidiendo qué actitud tenemos ante los acontecimientos, y en cada instante nos acercamos un poco más a la grandeza, o un poco más a la mediocridad.

Dice Victor Kuppers que los ciudadanos afrontamos los hechos con nuestros conocimientos, a los que les sumamos nuestras habilidades y nuestra experiencia. Pero si la experiencia y el conocimiento se suman la actitud multiplica.

El problema es que cuando uno está desanimado, pierde lo mejor que tiene, que es su identidad. No perdemos conocimientos ni perdemos experiencia, perdemos nuestra manera de ser.

Así que para combatir esta crisis no solo tenemos que cambiar las leyes. O mejorar la economía. No basta, con eso. Tenemos (como ha dicho Barack Obama en su discurso de despedida hace unos días) que cambiar nuestros corazones, nuestra confianza, nuestra actitud.

Esto es lo que aprendimos principalmente aquel 28 de febrero: que cuando se tiene una esperanza común la motivación es un motor que no lo para nadie.

Por eso este 28F hemos optado por quedarnos con las experiencias humanas. Experiencias que reflejan y marcan esa otra actitud desde nuestra provincia de Cádiz.

Actitudes como la de Marta, que tiene 23 años y había sufrido una enfermedad muy grave de su arteria aorta hacía dos años. Todo iba bien cuando de repente tuvo que ser intervenida de urgencia. La operó en Cádiz el doctor Tomás Daroca en la primera cirugía abierta que se ha practicado de una disección crónica. Requirió la actuación de la práctica totalidad de los integrantes de su unidad del Hospital Puerta del Mar. Hoy, con 23 años Marta puede comenzar a dar los pasos de una nueva vida.

O la de Lucía, una joven de San Fernando de 28 años a la que le diagnosticaron un cáncer de mama cuando estaba embarazada. Le aconsejaron interrumpir el embarazo, extirpar el bulto, y someterse a un largo tratamiento de cinco años tras el cual podría plantearse tener hijos. La doctora Pilar Moreno que la trató aquí en Cádiz consiguió lo que parecía un milagro con cirugía: coordinó el parto con las sesiones de radio y los ciclos de quimio. Y consiguió que su hijo Evan naciera en octubre en el Hospital Puerta del Mar.

O la de Francisco Cid Fornell, profesor del Colegio Quintanilla que este año ha recibido nada menos que el premio de la Asociación Mundial de Educadores Infantiles de la UNESCO y UNICEF. Lo logró por haber conseguido contagiar su entusiasmo a los padres para implicarlos en el proceso educativo de sus hijos.

También hay que recordar a Arístides López, que tiene 27 años y acaba de recibir el Premio Europeo de Endocrinología de Jóvenes Investigadores. Arístides siempre destaca la influencia que tuvo en él su profesora de biología, Aurora, en segundo de Bachillerato, por cómo le enseñó de forma atractiva e interesante la biología lo que le impulsó a estudiar esa Licenciatura en Sevilla.

Las historias de Marta, Lucía, Manuel o Arístides son algunas de nuestras historias increíbles, experiencias personales, que desde el Gobierno de la Junta en Cádiz vivimos con intensidad, como propias. Los doctores Tomás y Pilar o la profesora Aurora son las personas que las hicieron posible.

También con ellos cada uno de nosotros hemos construido esta Andalucía. Y ese ejemplo debe servirnos en un claro objetivo común: mejorar ese estado de ánimo colectivo hacia ese espíritu que sintieron los que marcharon por Andalucía en 1980.

Porque se han logrado grandes cosas en Andalucía. Somos la región que más ha crecido de Europa en los últimos 30 años. Y la nueva generación es la de la creatividad, el emprendimiento, de la innovación… Eso lo demuestran los que han sido galardonados en nuestra celebración del Día de Andalucía por simbolizar y exportar esos valores.

El presente y el futuro está en buenas manos. Y está en Andalucía.

Acabemos con los que están de vuelta de todo, con los que no son capaces de ilusionarse siempre como la primera vez. Acabemos con aquellos que no tienen inocencia con aquellos que quieren demostrar que ante todo, tienen más experiencia que tú y que te vas a equivocar. Acabemos con el cuerpo dificultoso, con aquellos que su mayor virtud es poner obstáculos y complicarlo todo. Acabemos con el negativo, el derrotista, el agorero o la queja constante…

Porque el cambio que viene es la actitud creativa, la emprendedora, la positiva, la excelente, la Andalucía que emociona. Es esa actitud motivadora la que distingue a nuestros mejores ciudadanos y la que va a impulsar un mejor futuro para nuestra tierra.

Así que este Día de Andalucía, más que nunca, debemos instaurar el ‘por supuesto’, el ‘aquí me tienes’. Ésa es la idea en positivo de Andalucía que defendemos este 28 de febrero.

Este día no está de más recordar un verso de Joaquín Sabina que fue parte de su discurso del año pasado como Hijo Predilecto de Andalucía:

«Urge por todo esto, en tan incertidumbres días,

construir puentes, destruir barreras…

que sea la verde y blanca

la bandera de la cultura, del pan y la alegría…»

¡Viva Andalucía!

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