OPINIÓN

Héroes de pintura

El servicio de Micropigmentación mamaria de San Carlos demuestra que la voluntad es el gran motor del progreso

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Nosotros como periodistas, y usted como lector, estamos acostumbrados a enfrentarnos en el día a día informativo a la desidia de los responsables de la administración. Cualquier proyecto, por justo que sea, se retrasa por una evidente falta de voluntad, por no descolgar los teléfonos necesarios o por esa costumbre tan arraigada de esperar a que los problemas se solucionen solos. Por eso, el reportaje que hoy publica este periódico de la nueva unidad de Micropigmentación mamaria de San Carlos supone una doble satisfacción: por lo que tiene de positivo para unas pacientes para las que todos los avances son pocos y porque demuestra que cuando todos reman en la misma dirección se puede avanzar.

El responsable de la unidad, el enfermero dermoestético Antonio Juliá, lo destacaba: el proyecto no habría sido posible si el gerente del Puerta del Mar, Fernando Forja, no hubiese asumido la idea con entusiasmo y dado todas las facilidades. En paralelo, Juliá ofreció el servicio al SAS cuando podría haber seguido cobrándolo en la clínica privada en que trabaja. Cuando todo este proyecto llega al delegado de Salud, Manuel Herrera, no duda en estampar su firma para que el Hospital de San Carlos cuente con una unidad única en España.

Nuestra sanidad tiene innumerables fallos, sería una necedad y una falta total de objetividad, pese a lo que proclamen desde determinados despachos de San Telmo, negarlo. Pero los profesionales que se bregan en el día a día con los pacientes siguen demostrando un compromiso digno de encomio. Y justo es contarlo en esta tribuna, donde también se han denunciado las listas de espera, las deficiencias del servicio de limpieza, los retrasos en la apertura de infraestructuras básicas como el Hare de La Janda o que haya desaparecido por completo del debate el prometido nuevo hospital de Cádiz capital.

Que un servicio tan aparentemente simple como el de la micropigmentación mamaria, que reconstruye mediante pinturas con efectos de tres dimensiones las areolas y pezones a mujeres que han visto amputados sus senos tras una mastectomía, se ofrezca en Cádiz da muestra de la implicación de los responsables de la Unidad de Cáncer de Mama. Porque la tecnología y los avances médicos necesitan, siempre, de la buena voluntad de los que tratan a quienes peor lo están pasando.

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