La Medicina es cosa seria

Lo cierto es que nos faltan médicos, haya o no haya coronavirus

Apesar de la vacunación y de que esta ola parece que comienza a remitir, sigue preocupando la presión hospitalaria; de hecho, en algunos lugares de la geografía española los pacientes covid superan el 60% de los enfermos en UCI. Se matiza que la situación no ... es la terrible que sufrimos en olas anteriores, lo que oculta la obviedad de que el número de hospitalizados por SARS-Cov2 siga siendo altísimo y de que el resto de patologías no han desaparecido ni lo van a hacer.

Hace poco más de un año y ante los primeros casos de coronavirus, el entonces ministro Illa se mostraba confiado porque, decía, los medios humanos y materiales en hospitales y centros de salud eran suficientes.

La realidad es que ni lo están ahora, ni lo estaban entonces y, por supuesto, tampoco lo eran antes de la pandemia, especialmente, más allá de número de camas arriba, número de camas abajo, en lo que a recursos humanos se refiere.

La Sociedad Española de Medicina de Familia señalaba hace poco que se necesitan más de 5000 médicos para alcanzar la media de la UE, con o sin coronavirus. La Organización Médica Colegial denunciaba en el 2017 que el 40% de los médicos tenía más de 55 años, que el mayor porcentaje de profesionales estaba entre los 55 y los 65 y que, entre esa fecha y el 2027, habría unas 70.000 jubilaciones. Obviamente en el 2017 ni estaba ni se esperaba al virus. En los momentos más duros de la pandemia destacó la solidaridad entre las distintas especialidades, pero que bueno hubiera sido que en el 2020 hubiese estado en funcionamiento aquel Real Decreto de troncalidad del 2014 que se anuló.

Los especialistas estuvieron absolutamente sobrepasados y, por mucho que los gerentes de los hospitales lo intentaran, no había profesionales médicos a los que contratar porque ya lo estaban todos. El paro médico es prácticamente inexistente. Lo era ya antes de la pandemia; cosa distinta es la precariedad laboral. Ahora se acerca un nuevo curso académico y se anuncia el examen MIR para enero con un incremento insignificante de plazas, mientras que en septiembre se volverán a llenar las aulas de las Facultades de Medicina.

Desconocemos si alguna vez los ministros de Universidades y de Sanidad se han reunido para hablar de la formación médica que empieza en primero de carrera y termina con la obtención del título de especialista, porque los 6 años de estudios universitarios solo es la mitad de la formación requerida para trabajar en la Sanidad Pública. Si lo han hecho, lo han debido hacer muy en secreto. Lo cierto es que nos faltan médicos, haya o no haya coronavirus, que los especialistas tienen cada vez más difícil ser profesores de los futuros médicos con los estándares, normas y mecanismos de la universidad actual, que los médicos son progresivamente más minoritarios en las materias básicas de las facultades de medicina, donde cada vez hay más bio y menos medicina, que en el acceso de los alumnos a aquellas hay una descoordinación total con las necesidades del Sistema Nacional de Salud, un sistema sobre cuya planificación a medio y largo plazo nadie parece realmente interesado y sobre el que simplemente se ponen parches para tapar, malamente, los agujeros que van surgiendo y que, cada vez, son mayores y más graves.

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