Adolfo Vigo - OPINIÓN

España en rebajas

En la época del año en la que nos encontramos es usual ver en los escaparates de las tiendas los carteles de las rebajas

Adolfo Vigo
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En la época del año en la que nos encontramos es usual ver en los escaparates de las tiendas los carteles de las rebajas. En muchos comercios podemos ver como se ofertan sus productos, se rebajan de precios las mercancías, e incluso, se venden en un dos por uno el stock del material que les queda por dar salida.

Algo parecido es lo que se ha propuesto hacer el socialista Pedro Sánchez con España. En esta época, en el previo al desafío independentista de Puigdemont, el líder socialista se ha empecinado en vender de oferta, en rebajas, a nuestro país. Dentro de su egolatría, de sus ansias de poder, el mandatario de izquierdas pretende vender la unidad nacional, la soberanía de este país a cambio del chantaje independentista de los catalanes.

Junto con su ‘amiguito’ Pablo Iglesias, pretenden ceder a las pretensiones catalanas para ganar votos. Pretenden dividir a una nación por el simple beneficio propio sin tener en cuenta el bien de este país.

Esa es la diferencia de estos nuevos políticos de izquierdas con sus antecesores de la transición. Mientras que en los años setenta, los políticos de este país sobreponían a sus intereses el bien de España, la unidad de nuestra nación, en la actualidad por lo único que se mira por parte de estos personajes es su propio interés, sus egos personales y sus ínfulas de ocupar algún día la Moncloa.

Los políticos de antes, aquellos sobre los que recayó el hacer una transición pacífica en un país que salía de una durísima dictadura impuesta por Franco, supieron anteponer a España por delante de lo que pretendían sus ideales políticos. Aquellos ‘padres de la Constitución’ siempre tuvieron claro que la unidad de España, el bien común, estaba por encima de intereses partidistas o independentistas que fracturaran y debilitaran el nacimiento de la democracia que con tantas ansias se había estado esperando que llegara a nuestras vidas.

Como si de un charlatán de feria se tratara, pretendiendo vender su mejunje por cuatro monedas, quiere el líder socialista hacernos creer que él tiene la pócima, el ungüento definitivo para acabar con el problema de esos que pretenden fracturar la unidad nacional y constitucional. Vociferando a los cuatro vientos, para que todos aquellos que se quieran dejar engañar con sus palabra vacías de contenido y llenas de egolatría, pretende contarnos el ‘cuento de la buena pipa’, y, sin decir ni si al independentismo ni no al referéndum ilegal, nos quiere seguir contando el cuento del plurinacionalismo.

En vez de ponerse del lado de los demócratas que defienden la Constitución española, el señor Sánchez pretende sacar tajada política del problema catalán. Nos quiere vender su presunto interés por los catalanes, cuando realmente lo que quiere es sacar rédito partidista para unas próximas elecciones generales, sin importarle lo más mínimo el coste de esos votos, ni el abandonar a su suerte a miles de personas que viven en Cataluña, se siente catalanes pero, a la par, no se avergüenzan de ser españoles, de vivir dentro de España y de que su bandera sea la roja y gualda.

Qué lejos queda, verdad señor Sánchez, aquel mitin en el que se permitió el lujo de poner la bandera de España como fondo a su discurso. Un discurso lleno de palabrería vacía e inocua que solamente pretendía enmascarar su verdadera cara. Cuanto le queda a alguno de estos nuevos políticos de aprender de aquellos verdaderos padres de la democracia.

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