La Voz - El Apunte

La dura realidad pública

La promesa de la remunicipalización de servicios queda en una quimera con un fin electoralista

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El alcalde de Cádiz comprueba, día tras día, que la realidad es mucho más complicada que los megáfonos, que las protestas y los juanillos, que las manifestaciones y las promesas.

Durante su breve camino previo a la llegada a la Alcaldía, hace ahora justo un año, uno de los mensajes más repetidos por el entonces candidato fue el de la «remunicipalización». José María González utilizó esa complicada y confusa palabra una y otra vez para anunciar que rescataría los principales servicios públicos, concertados con empresas privadas, para que fuera el gobierno local el que los controlase y para crear empleo entre los gaditanos.

Cuando hablaba de esos servicios ser refería nada menos que a los más importantes para los ciudadanos entre los que controla un ayuntamiento: limpieza y transportes, entre otros.

Todavía no se ha cumplido un año de su nombramiento como alcalde de Cádiz y ya ha renunciado a las dos.

Una de las renuncias fue a las pocas semanas de agarrar el bastón de mando y fue achacada a dificultades técnicas, legales y administrativas. Que no podía ser pero cuando pueda ser, será. Es decir, nada. Porque si los servicios tan complejos y caros se conceden a empresas especializadas es porque tienen dotación de personal y material para garantizar a los usuarios seguridad y cierta calidad. Si fuera tan fácil, ya lo habrían hecho antes otros. Si fuera más barato, si diera más empleo, ya se habría hecho. El adanismo habitual de Podemos.

Ahora, en el Pleno de hoy, llega la segunda renuncia. La limpieza tampoco podrá ser remunicipalizada. En el principal salón del Ayuntamiento de San Juan de Dios se volverán a oír mil justificaciones y excusas. Todo será un complot judeomasónico de la oposición y los medios, pero la cháchara diaria del equipo de gobiernos se resumirá, una vez más, en una sola realidad: no saben o no pueden.

En un año, una de sus banderas, izada en la primera y eufórica asamblea tras la triunfal cita electoral, habrá caído. No hay más remunicipalizaciones que la de algunos servicios de playa, los menores, los que creaban menos empleo y resultaban menos costosos. En limpieza y autobuses, ni está ni se le espera. Ya lo cantaba 091: la vida, qué mala es.

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