OPINIÓN

Cuestión de salud

Este año, como siempre, no podrán acceder a la formación especializada 11.845 enfermeros y 8.680 egresados de Medicina

En pleno debate sobre la falta de facultativos en el Sistema Público de Salud y de los déficits en Primaria, y con la denuncia continua de los Decanos de Medicina sobre el paulatino e imparable descenso del número de Titulares y Catedráticos en los hospitales universitarios, los egresados de las Facultades de Medicina y de Enfermería fueron convocados este sábado a las pruebas de acceso a la formación especializada, el MIR y el EIR .

Para los graduados médicos una oferta de 6.797 plazas para 15.477 aspirantes, oferta claramente insuficiente , sobre todo en Medicina Familiar pero también en otras especialidades que, en el caso de Enfermería, con 1.092 puestos para 12.937 inscritos, es realmente alarmante considerando nuestra situación en cuanto a número de profesionales en el conjunto de la UE.

El estudio sobre Demografía Sanitaria que la Organización Médica Colegial y la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos publicaron el pasado año destacaba que, en los próximos 10 años, se jubilarán 70.000 facultativos y, al ritmo actual de planificación, faltarán alrededor de 15.000 especialistas . Una previsión nada halagüeña, sobre todo para algunas especialidades como es el caso de los Pediatras y Médicos de Familia que trabajan en Atención Primaria. Cabría preguntarse si faltan egresados de las Facultades sanitarias. La respuesta es negativa si observamos las cifras de aspirantes a las pruebas de acceso a la formación especializada. Ni faltan facultades, ni alumnos egresados.

Faltan plazas de formación especializada, falta el adecuado ajuste en la oferta de especialidades a las necesidades del Sistema Nacional de Salud y falta paliar las disparidades existentes entre las diferentes Comunidades, cuestiones que deberían preocupar al Ministerio de Sanidad porque está en juego la calidad futura de la asistencia sanitaria. Este año,como siempre, no podrán acceder a la formación especializada 11.845 enfermeros y 8.680 egresados de Medicina . E insisto en lo de egresados porque, aunque formalmente tengan su título universitario de médicos, sin la especialidad de Medicina de Familia, o de cualquier otra, no podrán ejercer en nuestro Sistema Público de Salud. La disponibilidad de futuros profesores universitarios clínicos no está mejor.

En los procesos selectivos universitarios, las tareas asistenciales en las respectivas especialidades es un mérito residual, y a los jóvenes que logran entrar en el MIR para formarse como especialistas se les exige el mismo tiempo para hacer las Tesis que a los estudiantes de otras ramas dedicados exclusivamente a ellas. No es de extrañar que en la gala de doctores del pasado lunes en el Falla, las togas amarillas no destacaran por su número, que si por su calidad. La pescadilla que se muerde la cola.

Los responsables ministeriales de Sanidad y Universidades deberían reflexionar, conjuntamente, sobre el continuum de la formación sanitaria desde primer curso de Grado hasta el último de especialidad, sobre las necesidades de especialistas en el sistema de salud y, enlazando todo ello, de cómo adecuar la estructura, también universitaria, en la formación de profesionales sanitarios para que el sistema público no llegue a colapsar. Porque sin profesionales, ese es el riesgo.

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