El Apunte

Ayuda en vez de oportunidades

Los presupuestos de la Junta adolecen de nuevo de una mirada de largo alcance

LA VOZ

Desde que regresó la democracia con la que ahora tantos parecen querer jugar, cada otoño se produce el ritual de los presupuestos que adelantan las políticas prácticas y reales de cada administración en el ejercicio venidero. Cuando esa cita no se cumple, como sucede ahora con el Ayuntamiento de Cádiz, se produce un fracaso colectivo que lastra la vida comunitaria que todos articulamos a través de las administraciones que nos hemos dado. Partimos de la premisa de que son las cuentas fundamentales de todos, construidas con el dinero de todos, los medios de comunicación analizan y desgranan los Presupuestos Generales del Estado o, como en el caso de ayer en Cádiz, las de la Junta de Andalucía para tratar de aclarar el futuro que espera a cada territorio con esa base documental. Esas cuentas oficiales son una gigantesca suma de cifras en las que todos buscan palabras, alguna clave que transmita una certeza o, al menos, una sensación. Deben suponer, también, una esperanza y un compromiso.

Sin embargo, cada año, con cualquier partido en el Ejecutivo de Sevilla o Madrid, los ciudadanos ven como esas previsiones se convierten en promesas incumplidas. Un año tras otro, el supuesto destino del dinero público se mide al milímetro. El objetivo es adelantarse a lo que se hará. Si nada se hace, esos proyectos de cifras y nombres rimbombantes se convierten en el testimonio de un desengaño, en el certificado de un incumplimiento crónico.

En el caso de las infraestructuras, de los equipamientos, esa sensación, esa decepción y esa frustración parecen haberse vuelto norma en Cádiz. De nuevo, ayer fueron la gran carencia de las cuentas de la Junta para la provincia de Cádiz. Para 2018, de nuevo pesa más la política social sobre cualquier inversión. El vicepresidente del Gobierno regional, el chiclanero Manuel Jiménez Barrios, alabó y detalló cada una de las partidas presupuestarias que le han tocado a la provincia para el próximo año pero, lejos de hablar de inversiones en infraestructuras, su discurso se centraba en tapar los agujeros que crea una economía lastrada por un mercado laboral deficiente. Nada menos que 613 millones de euros van a esos menesteres frente a los 280 que se han reservado para la ejecución de obras en Cádiz, las que deben crear riqueza, atraer industria y, por tanto, empleo.

La Junta trata con ello de presentar unos presupuestos de izquierdas pero lo realmente progresista sería dar oportunidades a todos, no auxilio.

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