Opinión

Un Domingo de Ramos diferente

Qué propósito tan bonito que esta Semana Santa, la dedicáramos a la excelencia en nuestro crecer individual y colectivo en el ser cristiano

Juan Carlos Jurado

Cádiz

El Domingo de Ramos de 2024, llama a tu puerta. Ya ha pasado el Miércoles de Ceniza, Vía crucis, funciones principales, besapiés, besamanos, actos cuaresmales y ya nos encaminamos para la Semana Santa para ese Domingo de Ramos donde todos soñamos con ser niño y que no es el mismo que el del año pasado ni del que vendrá el próximo.

Podemos decir que tiene la grandeza, la gracia, de ser el primero y último para cada persona y para los colectivos fraternales.

En una sociedad tan programada, se tiende a ritualizar todo, pero lo malo que es para quitarle su identidad, su contenido, trivializarlo. Así lo convertimos en unas vacaciones tras los carnavales y antes de que lleguen las ferias. No, debemos vivir la Cuaresma como una etapa para analizarnos por dentro cada uno. La conclusión hace de esto, que cada Domingo de Ramos sea algo nuevo, nuestro compromiso para ser cristiano. Cada uno de una manera personal, íntima, trazando un programa de renovación de nuestras vidas, como camino a la construcción del Reino de Dios, aquí y ahora en la tierra, esto es igualmente aplicable a nuestras hermandades y cofradías. No nos conformemos con lo que hemos hecho, sino en lo que vamos a remar mar adentro.

Para los que sean defensores del «otro» Domingo de Ramos, respondámoslo que reflejan ritualismo y falta de lectura y profundización de los Evangelios. Si leemos, analizamos, interiorizamos, adaptamos a nuestra sociedad y a todas facetas personales los Evangelios, cada día tendremos nuevas respuestas, nuevas interrogantes, pues ahora tendremos vivo el discernimiento cristiano en nuestra vida habitual. Esto, claro, no nos gusta a nadie, pues nos deja al descubierto ante nuestros hermanos y hermanas que son marginados socialmente. Acuérdate, los últimos son esos leprosos y esos enfermos que Jesús de Nazaret trata con cariño y amor, a los que cura en carne y espíritu. Nos da miedo ver lo que somos realmente. Fijaros solamente todo lo que nos brinda la marginación, y en esto dais ejemplos las Hermandades de Cádiz en vuestra solidaridad, pero no podemos conformarnos en ello, nosotros personalmente y en nuestras Hermandades, debemos aumentar la vivencia, esa manera de ser, esa llamada por la opción preferencial por los pobres, por los últimos. Qué propósito tan bonito que esta Semana Santa, la dedicáramos a la excelencia en nuestro crecer individual y colectivo en el ser cristiano, esto se consigue con más práctica del Evangelio.

Esto tiene una inmediata consecuencia, ser un cristiano y un cofrade adulto, en una Iglesia que necesita laicos activos, que lleguen a donde no llegan los sacerdotes por sus numerosas ocupaciones. En eso siempre los cofrades hemos ido por delante, como asociaciones públicas de fieles cristianos, así hemos ido por delante engrandeciendo nuestros cultos internos y externos, y en otras facetas que ahora son cubiertas por empresas, como seguros de enfermedad o de enterramientos. Ahora tenemos otros retos, en una sociedad materializada que quiere vivir sin Dios, una sociedad occidental sin valores ni principios, una sociedad que necesita de una nueva evangelización, nuevas formas de construir el Reino de Dios, en este panorama tan agresivo, sobre todos para los jóvenes, donde nos vienen grandes instrumentos tecnológicos que en vez de ser utilizados para el bien son usados de manera diabólica, como son las redes sociales y ¿cómo lo será la Inteligencia Artificial?, ahí también debemos dar nuestra respuesta a la luz de los Evangelios.

Ante este panorama, la contestación está en ellos, reitero los Evangelios, nos dan el Mensaje de Vida que enseño Jesús de Nazaret. Es el mensaje verdaderamente revolucionario, pues proclamó la no-violencia, hoy hay unas cincuenta guerras en el mundo, con millones de desplazados de sus tierras, con el abuso sexual de las mujeres como armas de guerra, la industria armamentística es la más potente en la economía mundial, y lo vemos como si fuera la ficción en una película. En este ambiente, los cristianos orgullosos de serlo, son asesinados, desde el Congo a México, ante estas comunidades floreciente, debemos de poner pimienta en nuestras comunidades.

Sacudámonos. «Hagan lío», como nos enseñó el Papa Francisco, que no es sino lo que dice el Evangelio de Lucas, en su capítulo 12. Pongámonos en marcha, pongámonos en salida.

Hay tantos hermanos y hermanas que necesitan simplemente charlar, ante la agresión de la soledad, hay tantos hermanos que necesitan tu acompañamiento y cuando lo pidan, un consejo con amor. En nuestra sociedad hay muchos hermanos alejados, por muchas razones, también por culpa nuestra, abramos nuestros corazones y nuestras hermandades a ellos.

Vivid el Domingo de Ramos profundamente y toda la Semana Santa, sabiendo que estamos descubriendo el Camino, la Verdad y la Vida, que aparece de nuevo el Domingo de Resurrección, pues al que creían muerto está vivo y a tu lado.

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