OPINIÓN

'Sursum corda'

Con una honda preocupación por el devenir de nuestra patria, hoy ya difuso, confuso y convulsionado, inquietud que estoy seguro compartimos muchos millones de españoles más que, desde antier, miramos abochornados y avergonzados el futuro

Por mor del calendario que ha hecho caer este año la festividad de San José en martes, los socios y amigos del Club Liberal 1812, celebraremos el Bicentenario de nuestra primera Constitución este sábado 16. ...

Son ya más de cuarenta años los que vengo celebrando ese día de 'La Pepa' y lo he venido haciendo desde este Club Liberal por dos razones, una por la feliz circunstancia que hace 212 años nos brindaron la Historia y la Política a los gaditanos y, otra, porque, a lo largo de todos estos años, he sentido que en este día podía volver a renovar mi apego y mi compromiso al hecho constitucional.

La iniciativa legislativa que ha llevado el PSOE al Congreso arrastrado por sus socios independentistas de investidura ha arrancado ya su recorrido en ese apoyo que llaman de mayoría parlamentaria para colocar a unos españoles al otro lado del muro de Sánchez y a otros fuera.

Gustan muchos de achacar a Bismarck aquello de que España era «el país más fuerte del mundo porque llevaba siglos tratando de destruirse a sí misma y todavía no lo había conseguido», o aún más, porque «el día que dejen de intentarlo, volverá a estar en la vanguardia del mundo», reflexión que nadie atestigua como cierta pero que ha sido repetida una y otra vez durante todos estos años. Pero «se non è vero, è ben trovato».

La frase tiene su cosa y no sé quién la inventaría, pero la verdad es que está llena de contenido. En este mundo cainita nuestro ha tocado ahora venderse por siete votos empezándose a escribir otro nuevo capítulo de disociación política y personal. Y los que aún quedan por escribir, si no se le pone remedio a esta cosa.

Nací bastante después de la última guerra civil que España soportó y mi juventud se forjó en una nación que ya estaba cansada de rojos y de azules, que buscaba con ansia el entendimiento y la convivencia desde la diferencia y la diversidad. Y pude vivirla con el advenimiento de la Transición, reafirmada con los años de la alternancia política en el gobierno, con sus sombras pero con todas su luces, hasta que hace veinte años, y precisamente en este mes de marzo, al grito de que España no se merece un gobierno que nos mienta, como consecuencia de unas elecciones empapadas de un dolorosísimo y sangriento crimen perpetrado en Madrid, las cosas empezaron a cambiar hasta traernos a la deriva de este presente que ha resucitado demasiados odios y que precisamente ha hecho de la mentira su mejor caldo.

Retomo a ese Bismarck del que nos dicen que dijo y me quedo con lo último que se le atribuyó, que el día en que nos dejen vivir sin tantos odios podamos volver a estar en la vanguardia, porque ni todos los socialistas son sanchistas, ni todos los centristas añorantes. Queremos una España con alternativas donde entendernos.

Hoy podrá ser otro día más en nuestras vidas para alzar nuestros corazones de patriotas y volver a renovar con esperanza nuestro compromiso con el hecho constitucional. Las flores con las que volveremos otro año más al monumento renovarán en sus colores el espíritu del 12 por la reunión de todos los españoles, como el del 78 por su indisoluble unidad. Poder clamar por España, ¡arriba los corazones!

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