OPINIÓN

Hierbas

En unas semanas tendrás en tus manos un antibacteriano natural, y un remedio infalible para la tos y el dolor de garganta

Antonio Ares

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Si en una grieta del alfeizar de tu terraza florece un «cyperus rotundus», vulgarmente llamada castañuela, no te preocupes, y sobre todo no lo arranques. En épocas de hambruna fue una fuente importante de carbohidratos para la población más necesitada, incluso se asegura que servía para prevenir las caries de grandes y pequeños. Si en la cocina de tu casa, ese «allium sativum» que perdiste haciendo el sofrito hace unos días ha germinado, no lo tires. Siémbralo y cuídalo. En unas semanas tendrás en tus manos un antibacteriano natural, y un remedio infalible para la tos y el dolor de garganta. Si en un tiesto abandonado de tu azotea brota una «valerina officialis» no la arranques, podrás usarla como infusión ante la desesperación por sus efectos sedantes, hipnóticos y relajantes.

Hace 288 años la pasión por los seres vivos llevó al científico y naturalista Carl Von Linneo, amigo y admirador del gaditano José Celestino Mutis, a escribir su obra maestra «Systema Naturae». Desde entones existe un sistema jerárquico de denominación en zoología y botánica. Las categorías taxonómicas ordenadas de los seres vivos, así tenemos dominio, reino, división, clase, familia, género y especie. En el pequeño pueblo de Longyearbyen, en el archipiélago de las islas de Svalbard en el Océano Glacial Ártico (Noruega), se encuentra la Bóveda Global de Semillas. Ese gran bunker funciona como una caja de seguridad donde se salvaguardan ejemplares de semillas de los bancos genético de todos los países que voluntariamente acceden a ello. Su finalidad es preservar las semillas para evitar su desaparición en caso de catástrofes naturales o de conflictos bélicos.

A menor escala, pero con la misma relevancia, en nuestra provincia en el municipio de El Bosque, tenemos nuestro particular laboratorio de Propagación Vegetal. El Jardín Botánico de El Castillejo atesora y conserva con mimo más de 4.500 especies vegetales de la flora silvestre andaluza, lo que supone más del sesenta por ciento de la biodiversidad vegetal ibérica. Junto con el Banco de Germoplasma, ubicado en Córdoba, donde se atesoran por tiempo indefinido bulbos, semillas, pólenes y esporas, conforman el mayor tesoro vegetal de nuestra tierra. Las condiciones climáticas de nuestra Sierra la convierten en el lugar idóneo para la salvaguarda de esa joyas verdes y únicas en su especie. Todo lo que crece verde tiene nombre y apellidos y no vale el nombre genérico de hierbas. Salvaguardar nuestro patrimonio vegetal se convierte en una obligación para las generaciones venideras. Cuidar con mimo, y en las mejores condiciones climáticas las semillas, procedentes de los distintos jardines hasta completar su germinación, servirá para restaurar la flora cuando se produzca un desastre natural. Mientras tanto en la COP 28 (Cumbre del Clima 2023. Dubai), después de un gasto desmesurado en su organización y una huella de carbono que causa auténtico pudor, hay quién cuestiona que esta crisis climática esté relacionada con el consumo desorbitado de combustibles fósiles.

«Para hacer una pradera es necesario un trébol y una abeja.

Un trébol, y una abeja.

Y un ensueño.

Bastará solo con el ensueño,

Si abejas hay pocas»

(Emily Dickinson. Herbario y antología botánica)

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