Sin república, pero hechos un pincel

Los recortes que han sacado a la calle a médicos, profesores y bomberos no afectan a los líderes y lideresas del «procés». Más que un armario tiene un joyero

Álvaro Martínez

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«La injusticia os encierra, la dignidad os libera. Un abrazo, amigos». El napoleoncete de Waterloo les dedicaba ayer una líneas a los presos de Lledoners, algunos de los cuales dicen que se van a poner en huelga de hambre. Chantajes al Estado aparte -materia en la que los reclusos del golpe son al menos peritos- a Carles Puigdemont le faltó despedir el mensaje con un «… y os dejó que he quedado con Matamala y unos amigos flamencos para seguir luchando por la república catalana alrededor de una cazuelón de mejillones y una buena carbonade flamande , ese estofado tan rico que preparan por aquí».

Días de huelga por tanto en Cataluña. Médicos, profesores, estudiantes, bomberos… son algunos de los colectivos que se han manifestado contra la Generalitat de Quim Torra , al que anteayer veíamos mientras tanto, cuchillo en mano, partiendo una enorme calabaza, como si la cosa no fuera con él. Y visto lo rumbosos que los primeros espadas del «procés» se retratan en la calle, parece que así sea, que las fatigas económicas no acucian el día a día de los dirigentes separatistas. Se puede hacer un book con modelitos de marca cara con los que los capitostes de la banda del lazo se dejan la piel por la libertad de Cataluña.

Encabeza la pasarela Elsa Artadi y su abriguito Moncler de 1.150 euros, que aprieta el frío y hay que arrebozarse con algo, con lo primero que se coja del armario. El «procés» procura abrigo al pueblo y Artadi forma parte de ese pueblo... igual que los miles de chavales que comenzaron el curso en los barracones que graciosamente la Consejería de Enseñanza ha puesto a su disposición. A lo mejor, esos 4.440 euros que se pagan para dar un casoplón a Puigdemont en Waterloo vendrían de cine para ayudar a que los chiquillos no estuviesen estudiando en aulas prefabricadas, que la cosa va para largo en Bélgica y aquello va a costar un congo… belga.

La casa de Puigdemont en Waterloo ABC

Pasamos la página y nos encontramos, esta misma semana, con la consejera de Cultura, Laura Borràs, y los 375 euros de su Michael Kors, un bolsito de diario para ir trabajando por la independencia al alcance del bolsillo de cualquier catalana de a pie como ella , o como para al menos las que trabajan en TV3, la cadena del golpe, donde cada empleada le sale a los catalanes por 69.679 euros al año, incluyendo las cotizaciones. Tiene 2.300 nóminas y más o menos la mitad son de mujeres, que la que más y la menos irá con bolso.

Hay en Cataluña quienes piensan que los cabecillas del separatismo son un pijos espabilaos que han metido al pueblo en un lío para vivir ellos como pachás o maharanís. Se equivocan, a ver qué catalán medio no puede disfrutar de una minivacaciones como las que se despacharon Artur Mas y su señora Helena hace dos septiembres: avión privado desde Barcelona a Ibiza (10.000 euros ida y vuelta) y yate de 16 metros de eslora (a 2.700 euros el día, combustible aparte). ¿Quién puede dudar de que Artur se dejó la piel por los catalanes desde la proa del yate, con el sol que hacía esos días?

Culmina este álbum la vieja foto de Carme Forcadell con su cinturón de Dolce&Gabbana de a 500 euros, pidiendo dinero a los patriotas catalanes para la cadena humana de aquella otra Diada separatista. Sin república, pero hechos un pincel.

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