El silencio de Podemos

A los dirigentes de Podemos, por el momento, les sale todo gratis. Hasta su extraña forma de ingresar fondos de Irán y Venezuela queda exenta de penalización pública. Igual que esos ataques a la libertad ciudadana que suponen las ocurrencias municipales de Carmena y Colau. Hay un sector de la población que se ríe y jalea sus ocurrencias. Que no se lamenten cuando el disparate les alcance. Imagino –o al menos lo intento– el dolor de Mitzy Capriles y Lilian Tintori ante el desprecio hacia sus maridos, presos políticos del régimen bolivariano, que representa el sonoro silencio de Pablo Iglesias y sus correligionarios. Por esas actitudes cayó en su día el Muro de Berlín, que el populismo quiere reeditar ahora piedra a piedra.

Sólo ese mirar hacia otro lado consuma una traición a los valores democráticos. El principal motivo de admiración hacia las esposas de Antonio Ledezma y Leopoldo López es que tienen la conciencia tranquila y limpia: la seguridad de que trabajan en el lado bueno, en el de los demócratas. Queda pendiente una profunda reflexión acerca del mutismo de Podemos en este asunto.