Pecados capitales

Pocas lecciones

Lo que nos faltaba. La heredera del Duty Free contra la Reina

Doña Sofía, en una foto de la realeza griega en la que figura Marie Chantal Miller, en el extremo derecho PHILIPPOS MESSINIS/SIPA
Mayte Alcaraz

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En este cambalache siglo XXI en que vivimos, los papeles públicos han sido echados al aire por algún gracioso y han caído cambiados. Los revolucionarios de la izquierda se ennovian, comparten liderazgos (ay la que le dijeron a Carmen Romero y Ana Botella solo por querer hacer carrera política al margen de sus maridos...), perpetúan la dinastía y nos lo hacen saber con comunicados empalagosos y cursis que no hubiera mejorado ninguna oficina de prensa de una Corte europea. Gracias a nuestra incompetencia, violentar la soberanía nacional y escupir sobre la Constitución es vista en campus escoceses, cancillerías suizas y periódicos alemanes como la lógica respuesta de unos políticos a la falta de garantías de un «Estado fascista». Y luego, en el reparto esperpéntico de roles, acaba de emerger una figura impagable, de esas que te solucionan la crónica de un plumazo. Es Marie-Chantal Miller.

No lo sabíamos pero la heredera del multimillonario propietario de los Duty Free, casada con un príncipe griego sin Corona, era la poseedora de la mirada luminosa que nos hacía falta. Cansada ya de los vanos intentos de su padre por verla sentada en el trono de Hélade, Marie-Chantal ha resuelto, en una charla con mi querido amigo Martin Bianchi, chafardear detrás del visillo twittero. La princesa de una Monarquía inexistente ha abandonado su estresante vida de portada del Hola y ha resuelto en un twitt los arcanos contemporáneos, ha arrojado la definitiva luz ante las tinieblas españolas: la Reina consorte de España es mala, muy mala.

Y a mí, que el gesto de Doña Letizia con su suegra me merece todos los reproches sobre todo por la imprudencia de no gestionarlo en privado sabiéndose ambas escrutadas por decenas de cámaras, la intervención de la sin par Marie-Chantal me ha recordado una enseñanza paterna: cuando dudes sobre la conducta de alguien analiza la calidad de quienes la defienden y de quienes la atacan. Y aquí el perfil de la «abogada» americana de pleitos monárquicos me ha decidido. No necesitamos que el cerebro gris de los carísimos trapitos de los niños Beckham nos descubra que la Reina Sofía es admirable ni que convierta esa condición en incompatible con la solvencia de su nuera. Conocemos a la madre de Felipe VI desde hace medio siglo y no solo no hay queja sino que es uno de los personajes más queridos en España. Tampoco, que ninguna abuela merece ese trato que ella presupone habitual en las hijas de los Reyes. La foto finish es demoledora pero estoy segura de que no representa el comportamiento familiar intramuros. Lástima empero que con todo el celo con que sus padres las protegen quede esta desabrida imagen de Leonor y Sofía para la posteridad.

Seguro que hay una explicación a lo ocurrido en Palma pero conviene que no se repita en beneficio de una institución que está trabajando admirablemente en tiempos convulsos gracias al buen equipo que forman los Reyes. Robarse un posado es humano, mas la Monarquía no puede parecerse tanto a la gente de la calle sin arriesgarse a pasar a serlo. Pero de ahí a que esta sobrevenida candidata a presidir los CDR del glamour nos dé lecciones teniendo a la Corona helena tan cerca media el Egeo.

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