Editorial abc

Lucha ejemplar, pero mejorable

Los que están fuera del pacto antiyihadista son grupos que, ante todo, no aceptan la existencia de un interés nacional común, y buscan principalmente marcar distancias, lavando su conciencia con la fórmula de «observadores»

EFE
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Pocas horas después de que se reuniera el comité de seguimiento del pacto contra el terrorismo yihadista, los Mossos d’Esquadra abatían a tiros en Subirats al sospechoso de conducir la furgoneta que ocasionó la matanza en la Ramblas barcelonesa. La Policía autonómica contó con la colaboración ciudadana para localizar al yihadista. La muerte de Abouyaqoub supondría la eliminación del grupo terrorista asentado en Alcanar, aunque la investigación policial y judicial tiene pendiente la reconstrucción de los movimientos en los últimos meses de esta célula de Daesh. Si un grupo tan numeroso de terroristas pudo constituirse y organizarse durante casi un año sin levantar sospechas de la Policía, es posible, al menos teóricamente, que otros yihadistas hayan hecho lo mismo. Habrá que saber qué falló en los canales de información, dado que ninguno detectó la existencia de este grupo. También es preocupante que las actividades del imán de Ripoll y su adoctrinamiento a un grupo de jóvenes, aparentemente integrados en la sociedad laica, pasaran desapercibidas para toda la comunidad islámica de esta localidad.

El trasfondo de estos problemas no es sólo policial. Debe haber un discurso político que legitime el fortalecimiento de la lucha contra la yihad terrorista para aprobar nuevas medidas legales que aumenten la capacidad de prevención de los cuerpos policiales. Con miles de sospechosos a los que vigilar diariamente, e l Estado necesita recursos extraordinarios para mejorar lo que constituye un modelo ejemplar de lucha antiterrorista. El comité de seguimiento del pacto firmado en 2015 por PP, PSOE y Ciudadanos, al que se adhirieron también otras formaciones, como UPN, Foro Asturias, PAR, Coalición Canaria y UPyD, es un ámbito idóneo para estas reflexiones. Los que están fuera de este comité son grupos que, ante todo, no aceptan la existencia de un interés nacional común, y buscan principalmente marcar distancias, lavando su conciencia con la fórmula de «observadores». Con esta etiqueta asistieron ayer al comité reunido en el Ministerio del Interior ERC, Podemos, Compromís, PNV y PDeCAT (antigua CDC). Al pacto antiyihadista no le falta nada que justifique la ausencia de estos partidos. No hay otra razón que el empeño en no ser partícipes de un proyecto conjunto que implique el reconocimiento de la superioridad del Estado español sobre sus enemigos y la lealtad con la democracia. Las meras declaraciones de condena y el consenso como un fin en sí mismo son los paradigmas de la actual política fácil en la que todos se ponen de acuerdo para no ver la gravedad de los problemas. Con la guerra que ha declarado el Daesh no se puede cometer este error.

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