el apunte

La gran esperanza de la industria naval

El PP está presionando a la SEPI para que los petroleros se construyan en la Bahía por una cuestión 'social', ya que económicamente difícilmente serán rentables

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Sin duda, el reto más importante al que se enfrenta la Bahía de Cádiz esta semana es la decisión final de Navantia de construir dos petroleros que supondrían una carga de trabajo vital. Mañana martes debe tomarse una determinación que en nuestro entorno se espera con una mezcla de esperanza e impaciencia. Lo más importante, sin duda, es que finalmente los barcos se construyan, pero hay muchísimos matices que no conviene olvidar. El primero de ellos es que la SEPI (órgano estatal del que depende Navantia) ha elaborado un informe que califica de «ruinoso» el proyecto. Ruinoso porque en realidad España tan sólo pondría la mano de obra, ya que la tecnología se encargaría a astilleros asiáticos. Es decir, desde el punto estrictamente de la rentabilidad, los petroleros no son un buen negocio.

Sin embargo, al tratarse de una empresa pública entran en juego otros factores, como el 'social'. Y ahí es donde el Partido Popular está apretando, consciente de que la Bahía de Cádiz está tan necesitada de trabajo que un nuevo revés a la industria naval podría resultar casi definitivo.

Ese es el debate que hay ahora mismo encima de la mesa. La máxima autoridad del Gobierno central en Andalucía, Antonio Sanz, no se ha cansado de repetir que se está trabajando con ahínco para que el contrato cristalice por fin. Pero lo cierto es que la decisión se demora en demasía. Si finalmente todo sale como los trabajadores de la Bahía esperan, habrá sido más por motivos de índole social que de rentabilidad económica, aunque los partidos emergentes de izquierda se arroguen esas 'competencias' en materia social.

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