La campaña más incierta en muchos años

La campaña electoral que ya está en marcha es la más particular y apasionante en, al menos, lo que va de siglo. Aunque ya se ha convertido en un tópico, por la reiteración, es una realidad. Al menos, en las encuestas y estadísticas: nunca se había dado en los últimos años un número tan alto de formaciones con opciones de representación. En la mayoría de localidades, especialmente en las ciudades más pobladas, hasta seis partidos tienen serias opciones de conseguir al menos un concejal. Dada la fragmentación de los resultados, ese único edil puede ser decisivo para formar mayorías, para permitir o frenar investiduras ha dado un protagonismo inusual a las nuevas formaciones políticas. El panorama viene a ser una aplicación, casi matemática, con escasas variaciones locales, del vivido en las autonómicas del pasado 22 de marzo.

Crecen las combinaciones y las incertidumbres. El enfado y la indignación que auparon a fenómenos como Podemos se diluyen gracias a la evidente mejora de la economía y el empleo. Ciudadanos en la nueva moda y PSOE o PP deben afrontar el desgaste que supone años y años de responsabilidad de gobierno a todas las escalas. Así llegamos a las locales del 24 de mayo. Como en todas las citas municipales, en contra de autonómicas o generales, el prestigio, el carisma, la experiencia y la popularidad del candidato, su valor personal, pesan más. Casi un millón de personas (exactamente 972.817 electores) deben formar los nuevos ayuntamientos en la provincia de Cádiz. Deben dar forma a la primera línea de la administración, el primer escalón al que recurren los ciudadanos para solventar sus mayores problemas. Deben elegir a los 712 concejales a los que recurrirán en primera instancia para pedir el apoyo de la comunidad. Y puede ser el vaticinio de la próxima batalla electoral. Esa, nacional.