CONSERVACIÓN

Olivicultura para recuperar la biodiversidad

El programa LIFE Olivares Vivos, coordinado por SEO/BirdLife, demuestra que los olivares generan una importante recuperación de especies clave para la conservación de la biodiversidad en Europa

Búho real entre olivares SEO/BirdLife

ABC Natural

En el mayor estudio realizado a nivel mundial sobre la biodiversidad del olivar , investigadores de la Universidad de Jaén y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), socios del proyecto LIFE Olivares Vivos, han medido la biodiversidad en cuarenta olivares andaluces y los resultados avalan la efectividad de este modelo y refrendan la importancia del olivar para la conservación de la biodiversidad en Europa.

En los olivares que en 2016 iniciaron la reconversión a Olivares Vivos, el número de especies de los grupos estudiados (aves, hormigas, abejas y plantas) se incrementó entre un 7 y un 12% y su abundancia aumentó en un 40% respecto a los olivares control. La modelización a partir del análisis de todos los resultados de biodiversidad recogidos en este proyecto LIFE indica que esta recuperación, alcanzada en sólo tres años, podría llegar a medio plazo hasta el 35%. Estas cifras nos dan una idea del extraordinario impacto en la conservación de la biodiversidad que tendría la extensión y popularización de este nuevo modelo de olivicultura.

A lo largo del proyecto LIFE, en estos olivares andaluces se han encontrado 180 especies de aves, 60 especies de hormigas, 200 especies de abejas silvestres y más de 750 especies de plantas, entre ellas, una nueva especie para la ciencia, Linaria qartobensis . Para poner estos datos en contexto, cabe decir que sólo el conjunto de estos 40 olivares alberga una quinta parte de todos los taxones de estos grupos descritos en la península ibérica, lo que nos da una idea del gran contingente de biodiversidad que todavía albergan nuestros olivares.

En cada uno de los olivares se han puesto en marcha planes y esquemas agroambientales: mantenimiento y gestión de cubiertas herbáceas, restauración de las zonas improductivas del olivar (cárcavas, arroyos, linderos, bordes de caminos, etc.) mediante plantaciones con especies autóctonas y la instalación de infraestructura de soporte para la nidificación y el refugio para la fauna (charcas y bebederos, muretes, cajas y postes nidos, nidales de insectos…).

«Tras este análisis, se ha podido concluir que, finalizada la reconversión de estos olivares al modelo Olivares Vivos, se han incorporado, de promedio, cerca de una treintena de especies por olivar considerando todos los grupos estudiados. Una recuperación que ha sido mucho mayor en los olivares que partían de un peor estado de conservación (suelos desnudos y ausencia de vegetación natural, la casuística más frecuente). En estos olivares, sin considerar las especies leñosas introducidas por reforestación, la recuperación de especies superó el 12% y la abundancia se incrementó en un 70%», señala Pedro Rey, catedrático de Ecología de la Universidad de Jaén y responsable del equipo de investigación que participa como socio en este Proyecto LIFE».

Esta ganancia en biodiversidad se ha producido en tan sólo tres años, sin embargo, es de esperar que los beneficios para la biodiversidad de la evolución de las cubiertas herbáceas, el crecimiento de las leñosas plantadas (que ahora sólo tienen tres o cuatro años) y el incremento de refugio para la fauna, aumenten con el paso del tiempo. Es lo que los ecólogos denominan «deuda de restauración», es decir, el tiempo que tardan las actuaciones de restauración en rendir todo su potencial de beneficios ecosistémicos.

Sello de calidad

Que la olivicultura de Olivares Vivos recupera biodiversidad ya es un hecho contrastado científicamente, pero además esto se transforma en rentabilidad. José Eugenio Gutiérrez, delegado de SEO/BirdLife en Andalucía y coordinador del proyecto, destaca: «los AOVE producidos en estos olivares vivos, aparte de los beneficios para la salud que ya de por sí tienen, también representan una contribución certificada a la conservación de la biodiversidad. Es decir, son saludables por partida doble , contribuyendo a la salud humana, pero también a la salud ambiental, las dos caras de una misma moneda».

Para trasladar el valor añadido de la biodiversidad a los aceites de oliva virgen extra (AOVE), se está poniendo a punto el esquema de certificación del sello Olivares Vivos, que garantizará al consumidor que el AOVE que lleva este sello se ha producido en olivares en donde se han recuperado especies de flora y fauna. Por el momento, solo lo llevan los AOVE producidos en los olivares demostrativos del proyecto LIFE pero, a partir de este verano, cualquier olivicultor podrá iniciar el proceso de certificación en Olivares Vivos.

«Gracias a este proyecto LIFE, ahora disponemos de un modelo de olivicultura que funciona y que en muy poco tiempo recupera biodiversidad de forma contrastada. Las olivareras y olivareros han mostrado su interés por este nuevo modelo de olivicultura y ya tenemos más de 600 olivicultores interesados en la certificac ión de sus olivares. Ahora, sólo falta que los consumidores apoyen esta nueva forma de olivicultura con sus decisiones de compra. Por nuestra parte vamos a hacer todo lo posible para acelerar la replicación de Olivares Vivos por toda la cuenca mediterránea y transferirlo a otros cultivos. Pero lo más importante ahora es seguir trabajando para conseguir que los ciudadanos conozcan este sello y todo lo que representa.», ha concluido José Eugenio Gutiérrez.

Olivares Vivos ha sido posible gracias al Programa LIFE , y ha servido para demostrar que la agricultura tiene mucho que decir en las nuevas políticas europeas en materia de biodiversidad. De hecho, Olivares Vivos se puede presentar como un referente para las políticas y estrategias europeas recogidas en el «Geen Deal» o Pacto Verde. Es un ejemplo de cómo «traer la naturaleza de vuelta a las tierras agrícolas», uno de los principales objetivos de la Estrategia de Biodiversidad para 2030. También integra a la perfección la filosofía de la estrategia «De la Granja a la Mesa» (conectando productores y consumidores) y sus resultados responden a los objetivos de la estrategia de adaptación al cambio climático (los olivares vivos secuestran el doble de carbono que los que mantienen suelos desnudos); a los de la Iniciativa de la UE sobre los polinizadores; a los objetivos de reducción de agroquímicos…y, sin duda, ha sido un excelente campo de pruebas para inspirar el logro de los objetivos ambientales de la nueva PAC.

«Estos resultados refrendan que la incorporación de la biodiversidad en la agricultura es un activo que mejora la rentabilidad de los agricultores a través de su emprendimiento y la búsqueda del valor añadido, pero también un referente para mejorar la implementación del componente ambiental de las nuevas políticas agrarias y ambientales. Como consumidores y como ciudadanos, debemos apoyar a los agricultores que emprendan este camino y exigir a nuestros políticos que favorezcan estos nuevos modelos de agricultura que traen la naturaleza a las tierras agrícolas y contribuyen a mejorar una salud ambiental de la que estamos tan necesitados», señala Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife.

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