OPERACIÓN SALIDA

Cómo hacer para no acabar en el fondo del mar por fiarse ciegamente del GPS

La tecnología es muy práctica para llevarte a destinos desconocidas, pero seguir sus instrucciones te puede jugar una mala pasada

ABC.es

El navegador GPS se ha convertido en un elemento fundamental a la hora de realizar un viaje. Tanto si está integrado en el salpicadero del coche como si seguimos las instrucciones de una aplicación instalada en nuestro teléfono móvil , si seguimos sus indicaciones llegaremos a nuestro destino sin necesidad de desplegar uno de los engorrosos mapas de carreteras tan frecuentes hace algunos años.

En la práctica no siempre sucede, y es frecuente que aún siguiendo las instrucciones del navegador nos encontremos con que el destino deseado no es el mismo al que nos dirigimos. Eso en el menor de los casos, porque también se ha producido accidentes tras haber seguido a ciegas las instrucciones y finalizar el trayecto en un río, en unas escaleras, o en el menor de los casos, en una calle sin salida. En la fotografía que ilustra esta información, por ejemplo, podemos comprobar las consecuencias de hacer caso al GPS sin fijarse en las indicaciones de la carretera. Una conductora de Ontario (Canadá) acabó junto con su vehículo, un Toyota Yaris, sumergida en el agua. El suceso tuvo lugar en el año 2016, pero más recientemente también hemos visto cómo algunos camiones se desviaban de su ruta y terminaban el trayecto en un camino sin salida debido a las instrucciones erróneas del navegador.

Para darnos cuenta de los peligros de seguir al 100% las indicaciones de este tipo de dispositivos debemos saber en primer lugar cómo es su funcionamiento.

Jorge Godoy, investigador del Centro de Automática y Robótica del CSIC , explica que el GPS (sistema de posicionamiento global, más conocido por sus siglas en inglés) es un dispositivo capaz de calibrar la latitud y la longitud, de forma parecida a como hacían los antiguos navegantes con las estrellas. «El GPS se ubica gracias a la señal que envían cuatro satélites en órbita alrededor de la Tierra. De esta forma triangula su posición con respecto a cada uno», explica.

Además de este sistema, de factura estadounidense y que cuenta con 36 satélites, actualmente existen otros dos , el ruso Glonass, con 24 satélites, y el sistema europeo Galileo, puesto en marcha en el año 2005 y que ya dispone de 30 satélites. Sin embargo, los navegadores no son infalibles y las bases de datos en las que se basan los dispositivos para ofrecer los mapas y calcular las rutas necesitan actualizarse.

En cualquier caso, los expertos en seguridad vial insisten en la responsabilidad de los conductores y en que es necesario mantener la atención puesta en la carretera. El director de seguridad vial del Real Automóvil Club de España (RACE ), Tomás Santa Cecilia, recuerda que «la responsabilidad última siempre la tiene el conductor. El GPS es una ayuda a la conducción , pero no sustituye la toma de decisiones», por lo que «es un error desviar la responsabilidad hacia un dispositivo».

Además, tal como recuerda la DGT, manipular un dispositivo durante la conducción supone una infracción que puede ser delictiva dependiendo del resultado de las acciones e insisten en que «el 35% de los accidentes suceden por distracciones al volante».

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