Intermitentes o retrovisores, áreas del sector con una intervención femenina esencial

«Mi creatividad y mi pasión por solucionar problemas es lo que me llevó a estudiar ingeniería de telecomunicaciones. Es algo no solo de hombres, es de todos», asegura Lizana, responsable de Productos Digitales de Seat

S. M.

El papel de las mujeres en la ciencia, la ingeniería y la tecnología ha sido y es clave con innumerables aportaciones en diferentes ámbitos y sectores. En la automoción, por ejemplo, han colaborado en el desarrollo de innovaciones como los intermitentes o los retrovisores. Sin embargo, en las áreas conocidas como STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) siguen siendo minoría. Según la Unesco , representan el 35% de los estudiantes matriculados en estas carreras, con diferencias notables entre disciplinas.

Jana Planagumà estudia 1°de la ESO en el Colegio Salesians de Rocafort de Barcelona. A sus 12 años, lo tiene muy claro: «me encantan las matemáticas y cuando decida mi futuro iré a por ello sin que nada ni nadie me pare». Paqui Lizana es ingeniera de telecomunicaciones y responsable de Productos Digitales de Seat . Para ella es fundamental inspirar y atraer a las más pequeñas al mundo de la ciencia, la ingeniería y la tecnología. « Incrementar el número de mujere s en estas áreas es clave para superar con éxito las disrupciones que plantea el futuro», asegura.

«Yo quedé entre los 900 mejores de 15.000 alumnos que éramos en las pruebas de matemáticas de 5º», mantiene Jana. A su edad, Lizana ya se embarcaba en toda clase de aventuras STEM, experimentando conceptos de física, matemáticas, química. «Llegué hasta a inventarme un código para copiar en los exámenes…lo cual al final era más complicado que el examen en sí», ríe. En general, según la Unesco, hay una tendencia positiva a cerrar la brecha de género en resultados de aprendizaje en estas materias. Por ejemplo, las pruebas de ciencias de PISA. Realizadas en más de 70 países, muestran que, en un tercio de ellos, alumnos y alumnas sacan notas muy parecidas, en otro tercio destacan ellos y en el restante ellas.

«Mi creatividad y mi pasión por solucionar problemas es lo que me llevó a estudiar ingeniería de telecomunicaciones. Para mí, las áreas STEM son energía para cambiar el statu quo, son una revolución y eso es algo no solo de hombres, es de todos», asegura Lizana. Sin embargo, un 24% de los graduados en ingeniería son mujeres, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Jana tiene muy clara la razón: «seguro que hay muchas mujeres cuyo sueño es dedicarse a ello, pero tienen miedo. Yo les diría que fueran a por él sin dudarlo», explica.

Al preguntar a Jana por científicas, el nombre de Marie Curie es el primero. El segundo, Ada Lovelace , la primera programadora de la historia. «Son referentes igual un poco antiguos; debemos actualizarlos para que las más pequeñas vean que ahora entre las científicas, programadoras, investigadoras e ingenieras hay mujeres con todo tipo de perfiles en las que pueden inspirarse», mantiene Lizana. Jana le da la razón: «Hay muchas, muchas referentes, pero no las vemos». El estudio del Instituto Geena Davis, Prejuicios de género sin fronteras, muestra, por ejemplo, que la representación en la gran pantalla de mujeres que trabajan en el campo de las ciencias se limita al 12%.

Finalmente, para Paqui Lizana, estudiar STEM empodera a las niñas y las dota de habilidades para ser exitosas en entornos cambiantes. «A todas ellas les aconsejo que prueben y experimenten y que cuando encuentren lo que les apasiona vayan a por ello, porque como sociedad no nos podemos permitir que ellas no contribuyan a los retos que el futuro nos plantea», concluye.

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