El coronavirus empuja a la bicicleta a una nueva edad de oro

Las tiendas registran incrementos de la demanda del 300% y muchas agotaron su stock en junio. «Nunca se había oído hablar tanto de la bici», explican desde el sector, que se ha recuperado tras el confinamiento «en forma de V perfecta»

Unai Mezcua

Si el coronavirus ha reforzado a un medio de transporte, ese es sin duda la bicicleta. Los velocípedos de dos ruedas han cobrado un protagonismo inédito en calles y caminos tras el confinamiento. Un nuevo incentivo para este tipo de vehículos, que ya registraban incrementos significativos de sus ventas en los últimos años, fruto también de una mayor conciencia ambiental y las facilidades puestas en marcha por los Ayuntamientos para fomentar su uso.

«Hay razones para ver el futuro con mucho optimismo», asegura Iñigo Isasa , presidente de la Asociación de Marcas y Bicicletas de España (AMBE), que agrupa a 38 fabricantes, comercializadores y distribuidores. «Nunca había oído hablar tanto de la bicicleta, que incluso ha estado abriendo las noticias deportivas en todos los canales de televisión», dice. Tal es su auge, que la Fundación del español urgente, Fundéu, ha constatado la aparición de un nuevo vocabulario entorno a la bicicleta, formado por neologismos como «bicisendas» o «ciclorrutas».

Picos del 300%

En los últimos meses los puntos de venta han registrado picos de demanda del doscientos o incluso el trescientos por ciento en comparación con el año pasado. Más de una tienda ha llegado incluso a agotar su stock totalmente a lo largo del mes de junio. El sector habla ya de una recuperación «en V perfecta, con el segundo pico por encima del primero», en palabras de Carlos Núñez , co portavoz de la Mesa Española de la Bicicleta.

«Tras el confinamiento mucha gente quiere disfrutar del aire libre», asegura Núñez, también secretario general de AMBE. Pero su despertar comenzó antes de la pandemia. El año pasado, la facturación del sector, incluyendo la venta de cascos, accesorios y productos textiles, creció un 9,27%, hasta los 1.871 millones de euros, mientras que las ventas de bicicletas alcanzaron las 1.261.283 unidades, tras incrementarse un 20,41%. Hay más de 190 fabricantes nacionales, que emplean, junto a la distribución y los recambios, a 22.567 personas.

Durante el confinamiento, numerosas administraciones locales han optado por trazar carriles temporales para las bicicletas, o ampliar la red ya existente. La DGT la ha promocionado como medio idóneo para los desplazamientos urbanos . Y el Gobierno ha optado por subvencionar, dentro de la segunda edición del Plan Moves, la creación de sistemas de préstamos de bicicletas eléctricas.

Madrid, por ejemplo, acaba de inaugurar la primera de las nuevas estaciones de su servicio Bicimad, en lo que supondrá su expansión más ambiciosa desde el lanzamiento del servicio, en 2014. Bilbao, como otros muchos ayuntamientos, pondrá en marcha medidas para facilitar que los usuarios de bicicletas puedan utilizarlas de forma sencilla para complementar su viaje en transporte público, lo que los expertos denominan intermodalidad . De forma paralela, la reducción de la velocidad en las vías urbanas a 30 kilómetros por hora ha impulsado que muchos usuarios pierdan el miedo a compartir espacio sobre el asfalto con el coche y la moto. Y en Valencia incluso se ha propuesto un incentivo de 360 euros al año para quién vaya a trabajar en bicicleta. «La pandemia ha sido un momento oportuno para reflexionar sobre los usos del espacio público», consideran desde los ayuntamientos.

Ahorrar haciendo ejercicio

Pero también hay un argumento económico, ya que la bicicleta supone un ahorro respecto a otras formas de transporte. Se calcula que, por cada 1.000 kilómetros, una bicicleta eléctrica apenas supone un euro en la factura eléctrica (frente a los 85 euros que puede suponer en un coche de combustión), un argumento que puede pesar mucho ante el incierto panorama económico.

Cuatro autonomías copan más del 70% de la actividad, con el liderazgo indiscutible de Cataluña, que supone el 38,6%. Le sigue la Comunidad de Madrid, con el 15,1%; la Comunidad Valenciana, con el 10,1%, y País Vasco, con el 7,9%. Y la distribución está dominada de forma abrumadora por las tiendas especializadas, donde se realizan el 80% de las ventas. Las bicicletas suponen el 46,09% de las ventas del sector: los componentes el 30,47%, los cascos el 4,37%, el textil el 8,41%, el calzado el 3,98%, las herramientas el 0,90%, y otros apartados, el 5,78%.

El precio medio de las bicicletas que se venden en España se situó en 2019 en los 704 euros , aunque varía enormemente en función de su tipo, alcanzando los 2.403 euros de media para las eléctricas, frente a los 147 euros que, como término medio, cuesta una bicicleta infantil. Dos categorías se disputan el liderato del mercado. El año pasado lo ostentaron las bicicletas para niños, con el 37,9% de las ventas, seguidas muy de cerca por las de montaña, que supusieron el 37,7%. Pero, como prueba de esa mayor conciencia medioambiental, las que más crecieron fueron las de ciudad, que incrementaron sus ventas un 15,2%, hasta las 92.874 unidades, y suponen ya el 7,4% del mercado.

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