Cuentakilómetros de un vehículo
Cuentakilómetros de un vehículo - ION COMUNICACIÓN
BMW

¿Cómo evitar problemas con el kilometraje de los vehículos de segunda mano?

Una de las dudas más frecuentes que surge a la hora de volver a poner a la venta estos automóviles es qué hacer cuando no se pueden certificar los kilómetros reales

Madrid Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

A los profesionales de la compraventa de vehículos de segunda mano les llegan ejemplares en muy diversas condiciones. El problema más importante surge cuando estos llegan sin datos fiables sobre el kilometraje acumulado. Una de las dudas más frecuentes que surge a la hora de volver a poner a la venta estos automóviles es qué hacer –para evitar reclamaciones del futuro comprador–, cuando no se pueden certificar los kilómetros reales.

La Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios (Ganvam) recuerda que la responsabilidad de la garantía –como mínimo de un año–, gira en torno a la información que se le haya dado al comprador, por lo que el profesional que vende debe informar al cliente de que –por ejemplo- ha cambiado el motor al vehículo y cómo esto le impide saber a ciencia cierta el kilometraje exacto realizado por el coche.

Ya que el kilometraje de un vehículo es algo fácil de trucar, los vendedores deben actuar con la máxima cautela, puesto que ellos pueden haber sido engañados en la operación previa a la reventa del vehículo usado. En este sentido, Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos en Acción, recuerda que «los compradores de vehículos de segunda mano –ya sean profesionales o particulares– pueden conocer cuántos propietarios ha tenido previamente pidiendo el informe de titularidad y cargas, en la Dirección General de Tráfico».

Este informe ha de solicitarse antes de realizar la compra. Además de la cantidad de propietarios que ha tenido el vehículo –lo que puede indicar una posible alteración del kilometraje si un coche con pocos kilómetros ha tenido muchos propietarios–, el informe de titularidad y de cargas informa sobre si quien lo vende es titular o intermediario; si el vehículo tiene alguna carga, como que no se haya terminado de pagar o que tenga un embargo; o si tiene el seguro y la ITV en regla.

Otra posibilidad para conocer el estado real del vehículo, y cubrirse las espaldas ante posibles reclamaciones, es acudir a los servicios oficiales de los fabricantes para y comprobar si el coche ha pasado ahí las revisiones. Así, se puede disponer de su historial e incluirlo en el libro de mantenimiento que se entregará al futuro propietario. También se puede detectar una alteración del kilometraje acudiendo a un técnico o comprobando la fecha de los cambios de aceite.

Arnaldo reconoce que desde su asociación están detectando casos en los que «vendedores profesionales se hacen pasar por particulares ya que en este caso la operación no está sujeta a la Ley». Aún así, existe una opción para los compradores de exigir responsabilidades al propietario del vehículo. Se trata del saneamiento de vicio oculto, figura por la que el vendedor ha de hacerse cargo, en los seis meses posteriores a la venta, de las reparaciones que necesite el vehículo como consecuencia de falta de información en la documentación cumplimentada.

Esta figura, además de reconocer el derecho del comprador a exigir las reparaciones, también implica una indemnización en el caso de que el propietario haya falseado a propósito la información o fuera conocedor de los fallos del vehículo, tanto en el kilometraje como en cualquier otro aspecto.

Aunque comercialmente es menos atractivo reconocer que no se cuenta con esta información, es lo más honesto y lo único que puede evitar reclamaciones posteriores por falta de detalles sobre el estado del vehículo. De hecho, este desconocimiento debe recogerse por escrito en una cláusula específica que reconozca la exoneración de responsabilidad del vendedor.

Ver los comentarios