Adivina qué avería puede tener tu coche por el color del humo
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Adivina qué avería puede tener tu coche por el color del humo

Ciudades cada vez más contaminadas, y el humo de los coches como uno de los grandes responsables. Pero además el color del gas que salga de nuestro coche nos puede dar alguna pista sobre posibles averías

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Ciudades cada vez más contaminadas, y el humo de los coches como uno de los grandes responsables. Pero además el color del gas que salga de nuestro coche nos puede dar alguna pista sobre posibles averías

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  1. Humo blanco y espeso al encender el motor

    Si te cuesta trabajo arrancar, y una vez que lo consigues notas un humo blanco y espeso, puede deberse a una mala puesta a punto del sistema de inyección si tu coche es diésel. Este humo es en realidad vapor de gasóleo. Si la bomba de inyección está fuera de punto e inyecta el combustible demasiado pronto o demasiado tarde sólo se quema una parte del combustible. El resto se evapora. Si el vehículo no tiene bomba de inyección porque es «common rail» o de inyector bomba, lo que sucede es que la cámara de combustión está muy fría. Probablemente tengas en tu coche un precalentador en mal estado.

  2. Humo blanco con el motor en frío y en caliente

    Un poco de humo blanco, si este se dispersa rápidamente, no tiene por qué preocuparnos, como v remos más adelante. Pero si esta humareda sigue haciéndose notar cuando el motor ya está caliente tenemos que empezar a preocuparnos.

    Puede que se trate de un problema de refrigeración. Parte del anticongelante entra en el cilindro y se mezcla con el combustible. Este humo tiene un olor muy peculiar y suele ir acompañado de fallos de temperatura. Lo más probable es que la junta de culata esté mal y haya que sustituirla. Y lo peor de la noticia es que no se trata de una erparación económica. Serán unas 6 horas de mano de obra en el taller, a lo que habá que añadir el coste de las piezas. Pero conviene no dejarlo pasar, porque si sube mucho la temperatura podría deformarse la culata y necesitaríamos sustiotuirla por una nueva. Dependiendo de la edad del coche nos podría llegar a salir más barato comprar uno entero.

  3. Humo azulado y con olor a tostado

    En este caso el diagnístico es que está entrando aceite a la cámara de combustión, lo que se solía decir: «El coche te está quemando aceite».

    Hay cuatro posibles motivos para que esto suceda:

    1. Que la junta de la culata esté en mal estado y pase aceite de la distribución al cilindro número 1. En ese caso, el humo suele aparecer siempre.

    2. Que el turbo esté gastado y el aceite que lubrica su eje se cuele en el circuito de admisión. El humo saldrá sobre todo al acelerar fuerte y cuando estemos parados al ralentí. 

    3. Que los retenes de las guías de las válvulas estén gastados: el humo sale por el escape cuando soltamos el acelerador y el coche retiene. Se debe a que se genera vacío en los cilindros y absorben el aceite que rezuma por las válvulas. 

    4. Que el motor esté gastado (normalmente, los segmentos del pistón). En este caso, el humo suele salir siempre, pero más al acelerar. Lo que sucede es que no hay un cierre hermético entre el pistón y la pared del cilindro y el aceite de lubricación pasa a la cámara de combustión.

    En cualquiera de estos cuatro casos no nos quedará más remedio que acudir al taller lo antes posible.

  4. Humo negro al acelerar

    Normalmente lo notamos cuando somos el coche que vamos detrás y nos detenemos en un semáforo. La nube de humo negro nos invade cuando el coche que nos precede acelera. Se debe a una mala combustión del gasóleo, normalmente por un exceso de carburante (o falta de oxígeno) o por una mala pulverización de los inyectores.

    Si dura tan solo un instante, al «dar el pisotón al acelerador» no tiene por qué preocuparnos demasiado. Pero si al cmbiar de marcha y acelerar de nuevo el humo vuelve a invadir la atmósfera realmente tenemos un problema.

    Lo más habitual es que se deba a la válvula recirculadora de gases de escape. Al acelerar de forma contundente esta válvula debería cerrarse para que sólo entrase en el cilindro aire rico en oxígeno para quemar de forma correcta el exceso de combustible que entra al acelerar. Si no se cierra, el carburante seguirá mezclándose con el gas de escape recirculado y al tener menos oxígeno, el gasóleo no se quemará por completo, generando esa humareda negra.

    Otra posibilidad es que tengamos una toma de aire en el colector de admisión o el caudalímetro en mal estado. Un filtro de aire demasiado sucio puede provocar también este problema, al no dejar entrar correctamente el aire. Si todo eso está perfecto, el fallo está en algún inyector que no pulveriza bien el combustible. Si las gotas que inyecta en el cilindro son demasiado grandes, no se mezclan con el oxígeno de forma óptima y no arden bien.

  5. Humo blanco con gotitas en motores de gasolina

    Si nuestro coche es de gasolina y lo arrancamos con una temperatura exterior baja, con el motor frío emitirá un humo blanco por el tubo de escape. Y lo hará hasta que coja la temperatura correcta. Además este humo es poco denso y muy fino, y enseguida tiende a disiparse en el ambiente. Es posible que además caigan pequeñas gotitas del tubo de escape, que no son más que agua. En este caso no tenemos por qué preocuparnos, ya que es totalmente normal que durante los primeros minutos de circulación esto suceda a causa de la condensación.

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