Volkswagen ID.4, un eléctrico muy viajero

Probamos la versión Pro Performance de 150 kW

U. Mezcua

Poco a poco los nuevos lanzamientos eléctricos van dejando atrás el miedo a viajar. Una de las mejores pruebas de ello es el Volkswagen ID.4, el primer SUV eléctrico de Volkswagen , que ya hemos podido testar en una prueba de larga duración.

En ella, el modelo puede sacar pecho de eficiencia, con un muy buen consumo de unos 18 kWh durante nuestra prueba , y confort de marcha. Esta versión ofrece 204CV, y se asocia a una batería de 77 kWh, que homologa hasta 522 km de autonomía. Está pensada para quién busque realizar viajes largos o hacer un uso particularmente intensivo del vehículo, y admite carga alterna de hasta 11 kW y continua (rápida) de 125 kW.

En carretera, incluso por tramos revirados, ha mostrado un comportamiento dinámico notable , mejor de lo esperable para un vehículo de su tamaño, peso y dimensiones. La suspensión, firme sin resultar incómoda, sujeta bien el conjunto y, pese a la tracción trasera en ningún caso hemos notado ningún tipo de pérdidas de adherencia.

El tacto del freno, que combina un sistema eléctrico y otro mecánico -como suele ser habitual en los eléctricos- para maximizar el aprovechamiento energético, transmite buenas sensaciones, y la dirección es bastante rápida, aunque no excesivamente informativa.

En cuanto a su maniobrabilidad , la disposición mecánica de la plataforma MEB, que deja liberado el eje delantero -salvo en las versiones con tracción total- permite una gran maniobrabilidad, mucho mejor de lo que es habitual en un coche de su tamaño. Según Volkswagen, es similar a la de un T-Cross, un coche que mide prácticamente medio metro menos.

En una conducción sosegada, que no lenta, se superan de largo los 400 kilómetros de autonomía. Para ganar en eficiencia, se puede aprovechar el modo B o Brake, que añade un poco más de retención al levantar el pie del acelerador, aunque sin llegar a ser excesivamente invasivo.

Nuestra unidad equipaba además un elemento opcional que en verdad nos ha parecido imprescindible: la realidad aumentada . Este sistema, una suerte de head-up display con funciones ampliadas, proyecta información e indicaciones de navegación sobre el parabrisas, en una diagonal de unas setenta pulgadas.

En el interior, muy tecnológico, destaca el amplio espacio interior. Todo está además muy bien rematado. El contrapunto negativo lo pone la ausencia de botones físicos para manejar la climatización, una moda a la que cada vez se apuntan más fabricantes y que no hace sino obstaculizar la labor del conductor.

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