Transit Nugget: vacaciones sobre ruedas

La distribución refuerza la sensación de hogar y permite cocinar o fregar los platos sin molestar a los ocupantes de la «sala de estar», que cuenta con una mesa plegable con capacidad para hasta cinco comensales

U. Mezcua

Pocas opciones vacacionales ofrecen la flexibilidad de una furgoneta camperizada, o «camper». De ahí la tendencia ascendente de un mercado que crece en Europa en torno al 15% anual, con más de 100.000 matriculaciones al año, con especial tirón en países como Alemania, Austria, Bélgica, Italia o Suiza.

En España, la demanda es mucho más tímida, pero también creciente, animada por el incremento de la oferta disponible. Tres modelos muy asentados copan buena parte del mercado: la Volkswagen California, la Mercedes-Benz Marco Polo, y la Ford Transit Nugget. Esta última, basada en el comercial Custom, se actualizó la pasada primavera, de manos del especialista alemán Westfalia, el mismo con el que también trabaja Daimler.

A diferencia de la Marco Polo, la Transit Nugget, en su versión «pequeña», sin techo rígido y batalla corta, se divide en tres estancias, con una cocina en forma de «L» independiente que también sirve de antesala a la «habitación» superior. Una organización que refuerza la sensación de hogar y que permite cocinar o fregar los platos sin molestar a los ocupantes de la «sala de estar», que cuenta con una mesa plegable con capacidad para hasta cinco comensales -algo apretados, eso sí-.

Los dos asientos delanteros son de tipo giratorio, sin que el freno de mano, abatido, sea un incordio para poder girarlos. Su base tiene mucho recorrido para optimizar la habitabilidad de un espacio bastante generoso, que también sirve como «habitación supletoria», cuando se abaten los respaldos de la banqueta trasera. Todo el piso está recubierto con un acabado de imitación de madera, fácil de limpiar, que a su vez puede protegerse mediante varias alfombras a medida.

La cocina está equipada con un hornillo de gas de dos fuegos, diversos cajones para cubertería y platos y un fregadero de cromo-níquel, cuyo grifo -no escamoteable, como en otros modelos, pero tampoco molesto- se alimenta de un tanque de 42 litros, que también provee a la ducha exterior. Capacidad análoga, por cierto, a la del tanque de aguas grises. El equipamientose completa con una nevera con 40 litros de capacidad que enfría, dicho sea de paso, rápido y bien. Esta se puede conectar o desconectar, junto al sistema de climatización independiente, en una pantalla situada sobre el asiento del conductor.

Disfrutar de la habitación superior requerirá un mínimo esfuerzo del viajero. Sobre la luneta trasera, una abrazadera metálica debe ser liberada, para poder empujar hacia arriba el techo de la furgoneta, que deja paso a una cama con espacio suficiente para dos personas. El lecho es confortable, y cuenta con dos ventanas laterales y una en la zaga que filtran la luz durante el día, así como un nexo que permite, por ejemplo, leer durante la noche.

Antes de volver a ponerse en marcha, basta con tirar de una abrazadera de cuero (mientras se aprieta el botón de seguridad de uno de los brazos neumáticos) para que el techo vuelva a su sitio, si bien volver a encajar la abrazadera metálica requiere de un poco de habilidad (y de paciencia).

Los inconvenientes, no obstante, son los habituales de estos vehículos: la protección de tela de los laterales, quizá algo escasa, apenas atenúa el ruido, o la temperatura, del exterior, lo que puede ser un problema en noches frías, atemperado por el sistema de climatización. Tampoco es muy cómodo el acceso, aunque algo puede ayudar la encimera de la cocina, como punto de apoyo puntual.

Aquí sin embargo, la Transit Nugget ofrece una ventaja interesante gracias de nuevo a la configuración de cocina separada. Esta permite emplear como dormitorio habitual la cama inferior, que con el techo desplegado -sin usar la cama de arriba- permite mantenerse de pie sin problemas; lo que facilita hacer uso del espacio cuando cohabitan dos personas.

En el apartado dinámico, el habitáculo del conductor es, salvo el freno de estacionamiento -recordemos que aquí permanece bajo para facilitar el giro del asiento-, idéntico al de la Transit Connect de pasajeros, con una pantalla de infoentretenimiento de ocho pulgadas que da acceso al sistema Sync 3 de Ford. La Nugget también equipa las muchas ayudas electrónicas disponibles, como la Alerta de Tráfico Cruzado -que se desactiva, lógicamente, cuando se lleva un portabicicletas-, o Alerta de Precolisión con detector de Peatones, además de cámara trasera.

Bajo el capó, nuestra unidad equipaba el motor 2.0 EcoBlue diésel, en su variante de 170CV, posiblemente la más recomendable para mover el peso extra de la camperización, frente a la opción de 130CV. Puede asociarse a una caja manual de seis velocidades o, como en nuestro caso, automática SelectShift, también de seis, que nos permitió obtener un consumo en el entorno de los 10-11 litros a los 100 kilómetros, siempre con el uso responsable que requiere un vehículo con sus características.

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