Prueba

Suzuki Ignis Mild Hybrid: único en su especie

El Suzuki Ignis es uno de esos coches que te sorprende cuando lo pruebas y ves todo lo que tiene que ofrecer. Tendemos a menospreciar los coches pequeños, pero en esta prueba del Suzuki Ignis Mild Hybrid nos ha quedado claro que es un gran coche.

Rubén Fidalgo

Pese a su tamaño, ofrece más espacio en las plazas traseras que rivales que llegan a los 4 metros, como el Seat Ibiza, por ejemplo. Está bien equipado, gasta poco, se comporta bien en carretera, tiene una buena iluminación, cuenta con sistemas de seguridad activa de última generación y, además, tracción total. Todo esto concentrado en una carrocería de 3,7 metros de longitud que maniobra en un espacio mínimo gracias a una dirección que gira una barbaridad.

No es un modelo nuevo, pero acaba de recibir un sistema de baja hibridación de 12 voltios con el que consigue la etiqueta Eco y reduce algo los consumos, sobre todo en ciudad, así que era un buen momento para someterlo a examen.

Suzuki Ignis: ahora con etiqueta Eco

Gracias al sistema de baja hibridación integrado en el 1.2 de gasolina de 83 CV del Ignis se han reducido los consumos en ciudad y la DGT le otorga la etiqueta Eco. Este sistema básicamente lo que hace es reemplazar el generador eléctrico que carga la batería del coche por un ISG (siglas inglesas de arrancador/generador integrado). Esta máquina es reversible: si la alimentas con corriente es un motor eléctrico y si la haces girar arrastrada por el motor de gasolina mediante una correa es un alternador.

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Gracias a esta doble función, el ISG es capaz de cargar las baterías cuando levantamos el pie del acelerador (aprovechando así la inercia) y ayudar a girar al motor de gasolina cuando arrancamos o cuando pisamos el acelerador, de modo que reduce el consumo de combustible en esas fases, que son cuando más gasta un motor de combustión.

Para no encarecer demasiado el coste de mantenimiento de un coche económico y práctico, en lugar de recurrir a sistemas de 48 voltios, Suzuki se conforma con un sistema de 12 voltios.

Con este sistema, los consumos del Suzuki Ignis durante la prueba han sido:

• Urbano: 5,8 l/100 km

• Carretera: 4,4 l/100 km

• Autopista: 5,5 l/100 km

Son unos valores muy buenos para un coche con tracción total y muy mala aerodinámica debido a sus formas muy cúbicas. Aunque los consumos son bajos, su depósito de gasolina es muy pequeño (sólo 30 litros), de modo que la autonomía apenas supera los 450 km.

Suzuki Ignis: repleto de soluciones prácticas

A nivel estético el Ignis ha recibido pocos cambios. El más llamativo es el nuevo frontal, con una calandra que recuerda a la del Vitara (y ésta a su vez a la de Jeep) para emparentarlo más con la familia SUV de Suzuki. Esta parte delantera también se caracteriza por los grandes faros full led que proporcionan muy buena iluminación y seguridad en los viajes nocturnos.

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En el interior no hay cambios más allá de los nuevos colores para las molduras y acabados de la consola central, que abandonan los llamativos naranjas para usar unos tonos menos chillones, combinando el azul y el blanco.

Por lo demás no ha cambiado nada, y es que tampoco hacía falta. El Ignis es un coche muy bien pensado desde el punto de vista práctico. Está claro que Suzuki conoce muy bien los trucos para sacar espacio de los minicoches, una experiencia que lleva años explotando al fabricar muchos kei cars para el mercado japonés .

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Por ejemplo, las puertas traseras del Ignis abren muchísimo , se quedan completamente perpendiculares a la carrocería y son muy grandes. Esto permite un acceso muy cómodo a unas plazas traseras que tienen más espacio para las piernas que un Seat Ibiza que mide casi 40 cm más de longitud. Eso sí, estamos limitados por la anchura a sólo dos plazas en la banqueta trasera.

Los paneles de puertas tienen huecos para llevar botellas, las banquetas traseras se pueden desplazar longitudinalmente y de forma individual para jugar con el espacio del maletero, lo mismo que la inclinación de los respaldos. Esto otorga al Suzuki Ignis una versatilidad enorme y hace que sea un coche mucho más práctico de lo que podamos pensar de él.

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Las plazas delanteras son cómodas, con unos asientos bien configurados y una postura de conducción agradable en la que casi todos los mandos nos quedan a mano. La instrumentación es muy sencilla y se echa de menos un termómetro para conocer la temperatura de la mecánica.

En cuanto a materiales y acabados, los plásticos son de calidad y no hay ruidos parásitos que indiquen malos ajustes, así que, aunque sin lujos, es más que honesto.

Suzuki Ignis: llegan las ADAS

Otro de los aspectos en los que ha mejorado el Ignis con la llegada del año modelo 2020 es el del equipamiento, sobre todo en el campo de la seguridad activa (la destinada a evitar accidentes).

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El Ignis incluye ahora un sistema de dos cámaras con visión estereoscópica que permiten al pequeño modelo ofrecer el sistema de mantenimiento en el carril (actúa sobre el volante para evitar que nos salgamos) o la alerta de colisión con frenado de emergencia para evitar los accidentes por alcance.

Climatizador automátivo, faros full led, asientos calefactados , elevalunas eléctricos en todas las puertas, arranque sin llave, volante multifunción, control de crucero… no echaremos en falta nada en el equipamiento del Ignis.

En materia multimedia, el Ignis cuenta con una buena pantalla táctil, grande y de buena respuesta, aunque los menús e infografía son un poco engorrosos, con ''teclas'' muy pequeñas. Dispone de navegador integrado y de Android Auto, de modo que podemos sacar partido de las aplicaciones del móvil con alertas de tráfico, música, etc.

Suzuki Ignis: divertido, seguro y 4x4

Una vez en marcha el Ignis tiene una conducción muy agradable . Decepcionan un poco las aceleraciones y los adelantamientos ya que uno espera más reprís de un coche con 83 CV y con tan poco peso, pero los desarrollos del cambio son algo largos (la velocidad máxima la alcanza en cuarta, no en quinta) para ahorrar combustible, lo cual penaliza sus recuperaciones y aceleraciones.

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En ciudad es una auténtica gozada conducir el Ignis. Por sus dimensiones lo metes por donde sea, pero es que, además, su dirección gira una barbaridad y eres capaz de maniobrar casi como un Smart .

En carreteras secundarias también es agradable de conducir, aunque aquí echaremos en falta algo más de par motor para hacer los adelantamientos más seguros. El coche es más estable de lo que su alta y estrecha carrocería hacen pensar y el control de estabilidad nos ayuda a mantener todo bajo control en toda circunstancia.

El eje rígido trasero no supone un problema real, tampoco hay potencia como para ponernos en apuros.

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A la hora de viajar por autopista tampoco se amilana y se pueden hacer largos viajes con absoluta confianza. Sólo el viento lateral puede que nos intranquilice un poco y nos obligue a estar más atentos al volante, pero tampoco va nada mal en estas situaciones.

El sistema de tracción total incluye un sistema de control de la velocidad de descenso y, como apenas hay voladizo por delante y por detrás del eje delantero y trasero, podemos hacer más excursiones fuera del asfalto que con la mayoría de los SUV que hay en el mercado.

La verdad es que el Ignis es un auténtico superviviente y se adapta a todo lo que le pidamos, ciudad, campo, autopista… no hay nada igual en el mercado, sorprendentemente práctico y versátil.

Nuestra Valoración

7,5

Diseño:

8

Interior:

7

Motor:

7

Equipamiento:

7

Comportamiento:

8

Consumo:

8

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