Toyota

Mirai, a prueba el coche que quiere iniciar la era del hidrógeno

El fabricante nipón busca dar un impulso decisivo a esta tecnología con la segunda generación de su berlina Mirai, un coche, en palabras de su ingeniero jefe, Yoshikazu Tanaka, convenza «no por ser de hidrógeno, sino por ser el coche que a la gente le gustaría tener». Su único residuo es el agua, tan pura que podría beberse del «tubo de escape»

U. Mezcua

El hidrógeno es, por ahora, mucho ruido y pocas nueces. Aunque ya han corrido ríos de tinta sobre su potencial, apenas se han matriculado un puñado de coches en España y, por ahora, solo hay cuatro estaciones para repostar. La única pensada específicamente para vehículos acaba de abrir en Madrid, de momento con uso restringido. Ha sido impulsada, entre otros, por Toyota. El fabricante nipón busca dar un impulso decisivo a esta tecnología con la segunda generación de su berlina Mirai, un coche, en palabras de su ingeniero jefe, Yoshikazu Tanaka, convenza «no por ser de hidrógeno, sino por ser el coche que a la gente le gustaría tener».

Para ello, quiere replicar la estrategia que hace dos décadas usó con el Prius, entonces con el objetivo de democratizar la hibridación. Así, mientras la primera generación del Mirai era más bien un coche de exposición, la segunda, que ya hemos podido probar, ofrece los atributos de una berlina de representación - de nada menos que 4,97 metros de longitud - a un precio «asequible» para este tipo de coches, a partir de 61.000 euros (con ayudas y descuentos). Es, según desgrana la marca, un 30% más asequible, un 10% menos «tragón» y ofrece una autonomía un 30% mayor a la de su predecesor.

Sus principales atributos son una conducción idéntica a la de un coche eléctrico -particularmente silenciosa incluso a altas velocidades no solo por la falta de rumor de estas mecánicas sino también gracias a un excelente trabajo de insonorización - pero con un tiempo de recarga o repostaje de apenas 5 minutos, para una autonomía que puede superar los 700 kilómetros. Todo ello, con el agua como único residuo, mediante la utilización del elemento más abundante del universo: el hidrógeno.

«El Mirai es un coche eléctrico que genera su propia electricidad», resume José Manuel Méndez, jefe de producto de Toyota España, que detalla que el Mirai bebe de la experiencia de Toyota con la tecnología híbrida, al hacer uso de un esquema técnico en gran parte idéntico. Al motor eléctrico, el mismo que el del Lexus UX -aunque aquí con 182CV-, lo alimentan tres tanques de hidrógeno de triple revestimiento repartidos bajo el árbol central, el piso de la zona trasera y el maletero, con una capacidad de 5,6 kg. Hay además, en el vano motor, una pila de hidrógeno de nueva generación, denominada H2 (que Toyota está equipando también en camiones o incluso barcos) donde se produce la reacción química, de 5,4 kW/l y una batería de iones de litio de alto voltaje, idéntica a la de sus nuevos lanzamientos híbridos. Todo ello, sobre la plataforma GA-L de Toyota, la misma que el Lexus LC500, que destaca por su elevado nivel de rigidez estructural.

En arranque y a baja velocidad, el Mirai solo utiliza energía previamente almacenada. A velocidad de crucero la batería se desconecta y funciona la generación de energía; en aceleración, batería y generación trabajan juntas. En frenada trabaja la batería regenerativa, según detalla Méndez. La propulsión, por cierto, es trasera, dada la ubicación del motor eléctrico sobre este eje. La dinámica es sobresaliente , gracias al excelente empuje inmediato del motor eléctrico, a la mencionada rigidez estructural y a una dirección bastante informativa, mientras que en la suspensión, algo blanda, se ha optado por primar el confort -como no podría ser tampoco de otra manera en un vehículo de dos toneladas de peso-.

En materia de seguridad, una de las grandes preocupaciones sobre esta tecnología, el experto recalca, apoyándose en que no ha habido ningún problema en los más de 11.000 Mirai fabricados hasta ahora , que es «más seguro que un coche de gasolina». No solo porque, como es evidente, cuenta con todas las certificaciones exigibles a cualquier vehículo, sino porque el hidrógeno es 14 veces más ligero que el aire, lo que facilita su dispersión en caso de que se produjera una hipotética fuga tras un accidente, lo que se detectaría gracias a un sistema de tres sensores.

Concebido como el nuevo tope de gama de Toyota, y como un escaparate tecnológico, el Mirai equipa el paquete de sistemas de asistencia Safety Sense , con, entre otras tecnologías, asistente de mantenimiento en el carril, y un avanzado sistema de asistencia al aparcamiento. La gama se estructura en dos acabados, Advance y Luxury ó Luxury Marrón (con inserciones en cobre y acabados de ese color), y se puede equipar como opción el techo panorámico más grande jamás producido por Toyota, de 83 por 80 centímetros.

Como curiosidad final, Toyota dice que el Mirai tiene emisiones negativas, al purificar el ambiente por donde pasa gracias a un potente sistema de filtrado. Y su único residuo, el agua -hasta 7 litros a los 100 kilómetros-, que se puede soltar en cualquier momento accionando un botón del salpicadero, es tan pura que podría beberse.

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