Excelente calidad de rodadura en el Jaguar XF, que prima el confort pero facilita mucho la conducción.
Excelente calidad de rodadura en el Jaguar XF, que prima el confort pero facilita mucho la conducción.

Probamos el Jaguar XF en sus topes de gama diésel

La berlina media británica, un automóvil de casi 5 metros de longitud, sobresale por finura mecánica y confort de marcha, incluso con motores de gasóleo. En su escalón más elevado, estos parten de un mismo 3.0 V6, con un salto de potencia de 35 CV y de precio de 4.200 euros difícil de justificar

e. cano
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Con el XF, del que se pueden apreciar más detalles accediendo a esta galería de imágenes y en el video sobre estas líneas, Jaguar ahondó en el espectacular giro estético cuajado en el portaestandarte XJ, y que en nuestros días se prolonga a la última berlina de acceso XE y, pronto, también cristalizará en el nuevo (y primer) todocamino de la marca. Su impronta se aprecia moderna y aerodinámica, un acierto cuando cuando la idea es captar a una clientela más joven que la tradicional en la marca.

Del XF hay incluso una versátil alternativa familiar, y también motores combinados con tracción total AWD, como en el XJ. La firma británica lo puso al día hace unos meses, y así es posible contar con un XF con alumbrado diurno LED, control activo de velocidad (1.634 euros), aviso de obstáculos en ángulos ciegos (571 euros), cambio de luces de cruce a carretera (325 euros), suspensión adaptativa (cuesta 1.270 euros, pero no endurece el conjunto de forma particularmente apreciable) o cámara de retrovisión.

Lo necesario para plantar cara a los recurrentes Audi A6, BMW Serie 5 o Mercedes-Benz Clase E, pero sobre todo a los aún más exóticos Infiniti Q70 y Lexus GS.

Mejorable

Como «lunares», y a pesar de su notable longitud, tres: un espacio para las piernas en las plazas traseras justo a nada que los asientos delanteros vayan algo restrasados, una visibilidad tres cuartos trasera escasa y una boca de maletero (de por si generoso y con respaldo trasero abatible 60/40 y rueda de repuesto de «galleta» bajo el piso) angosta, condicionada por la tendida caída del techo del XF hacia el final de la carrocería; una solución bastante coupé.

Por lo demás, es un señor automóvil. Y además de primera en calidad, con ajustes de precisión y materiales siempre agradables al tacto y la vista. O bien en ergonomía de conducción, coronada por detalles como el selector circular del cambio de marchas (auto secuencial, de 8 velocidades con levas de volante, y un pelín brusco al reducir en conducción rápida), que emerge al poner el contacto, o las salidas de aireación, que se cubren por si mismas cuando quitamos el encendido.

En el XF, lanzado en 2011 y que conserva en gran medida su frescura, no faltan, como manda la mejor tradición británica, detalles decorativos de madera «de verdad», multitud de cromados de los que se han copiado hasta las grandes berlinas germanas... Y otros muchos como el alumbrado ambiental led de tono turquesa, tapizado de cuero hasta sobre el tablero de instrumentos y la cobertura interna de las puertas, navegador, Bluetooth, un buen equipo de sonido (puede ser de la marca Meridian por 3.170 euros) o butacones eléctricos, además de faros bixenón, todo de serie. Es decir, no siendo, que no es, un automóvil barato, sí resulta competitivo atendiendo a su relación precio/equipamiento.

Por encima de todo, sobresale en confort, primado la primera sobre la eficacia pura. A fin de cuentas, esta clase de automóviles, al menos con motores como los probados, no están concebidos para una marcha deportiva. Es realmente silencioso, y la suspension actúa con eficacia hasta sobre firmes bacheados o particularmente degradados. Y no por ello balancea más de lo debido. Al revés, se lleva con un dedo y, dentro de lo razonable, obedece con bastante inmediatez a las indicaciones de volante. También frena con contundencia y buen tacto de pedal.

Menos es más

¿Y los motores? Analizado con los diésel de mayor rendimiento (hay un 2.2 de 200 CV que centra el grueso de las ventas de la marca en España para esta gama), los de 240 CV/500 Nm y 275 CV/600 Nm, que parten de un mismo 3.0 V6 turbo, nuestra opinión es que los 3.400 euros de diferencia que cuesta de más el segundo no merecen la pena. Nos ha pasado con otros modelos, sin ir más lejos con los Range Rover Evoque en la misma Jaguar Land Rover: es cierto que hay diferencias de prestaciones, pero en realidad nimias valorando el buen hacer del motor más pequeño.

De paso, calcan consumos (anuncian 6 l/100 km, que sobre el terreno son algo más de 8 l/100 km), sino que despliegan un empuje similar, suave y progresivo, muy lineal y satisfactorio para adelantar con brillantez y seguridad, hasta viajando bien cargados.

La verdad es que el XF tiene (y mantiene) empaque puesto frente a su acreditada competencia, por otra parte «lo mejorcito de cada casa». Es excelente como vehículo de representación y rezuma unaexclusividad innegable de la que no todos los rivales pueden presumir por igual. Además, lejos quedan los tiempos en los que un Jaguar equivalía a problemas y fallos de fiabilidad. Ahora son vehículos a la altura de lo esperado y, sobre todo, de las tarifas que exigen por ellos.

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