Alfon y los Bukaneros se apropian de la popular fiesta naval de Vallecas

La fiesta del agua de Vallecas, conocida como la «batalla naval», cedió ayer su ambiente popular a los Bukaneros para convertirla en una manifestación a favor de Alfon. El joven radical que cumple cuatro años de prisión -tras ser detenido en 2012 con una mochila cargada de explosivos durante el 14-N- fue el protagonista de la 34 edición de esta «guerra de agua» bajo el lema «Mójate por Alfon Libertad».

Además de los Bukaneros del Rayo Vallecano, el grupo ultra al que pertenecía Alfon, el eslogan fue coreado por su madre, Elena Ortega. Subida a una de las carrozas que recorrieron las calles del barrio repartiendo agua se convirtió en la «pregonera» de esta cita a la que el Ayuntamiento invitó a acudir desde su página web oficial.

De hecho, Alfon cuenta con el apoyo explícito de varios concejales de la alcaldesa Manuela Carmena que, incluso, han puesto en tela de juicio la actuación policial y el proceso judicial del «bukanero».

«Representa la disidencia»

Su madre, ayer, hizo lo propio y expresó que en España «no hay justicia» para la gente de su «clase» después de que el pasado 17 de junio su hijo ingresase en prisión para cumplir los cuatro años de cárcel dictaminados por el Tribunal Supremo. «A estas alturas yo ya no confío en la Justicia, es más, lo que hemos hecho ha sido ponerla en evidencia y decir que para la gente de nuestra clase no hay justicia», señaló la madre del joven radical a Ep.

La progenitora reveló que en estos momentos Alfon se encuentra «fuerte, sereno y tranquilo» en prisión y dijo que su hijo entiende que al representar la «disidencia» en España es «normal» que esté encarcelado, debido a «la forma que tiene de funcionar la justicia en este país».

Además, agradeció el «apoyo» de tanta gente en la «lucha» por la libertad de su hijo. No obstante, manifestó que el trato que está recibiendo en prisión es el «adecuado». «Los funcionarios le respetan, el les respeta, no podemos denunciar nada ahora mismo», aseguró.

A pesar del marcado carácter reivindicativo, la fiesta siguió siendo, un año más, eso: una fiesta. La «batalla» tuvo por armas los cubos de agua, por «piratas» a los miles de vecinos y por objetivo empapar al «enemigo» para sofocar los 35 grados que marcaba el termómetro. Grumetes, navegantes y curiosos terminaron el acuoso recorrido a los pies del estadio del Rayo Vallecano, en la calle Payaso Fofó, renombrada para la ocasión como Paseo Marítimo de Vallecas.