El casero abandona su vivienda tras el registro practicado por la Guardia Civil
El casero abandona su vivienda tras el registro practicado por la Guardia Civil - de san bernardo
majadahonda

El vecino de la casa de los horrores: «Tiró las bolsas de basura con mucha delicadeza»

Un testigo vio al casero salir de madrugada con cuatro bolsas de basura

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Hay testimonios tan contundentes y fiables que son suficientes para ordenar una diligencia judicial si se ponen en relación con los resultados de otras pruebas, como las de ADN. Es el caso del prestado el 8 de abril por un vecino de la calle La Sacedilla de Majadahonda ante los investigadores de la Guardia Civil.

Este hombre declaró que vio la madrugada del 4 al 5 de abril a Bruno Hernández (él no le puso nombre porque era la primera vez que veía a esta persona según dijo) arrojar bolsas de basura en tres contenedores situados en calles distintas. Todo apunta a que en esas bolsas estaban los restos de Adriana Giogiosa, la inquilina que tuvo la mala fortuna de cruzarse con Hernández, aunque aún no se haya determinado el móvil del crimen.

El único testigo que siguió las siniestras idas y venidas a los contenedores del presunto asesino se ratificó punto por punto en su declaración ante el juez.

ABC ha tenido acceso a esta declaración en la que el vecino explica lo siguiente. «En la madrugada del día 4-5 de abril vio cómo salía el hombre de la vivienda con una bolsa de basura; volvía a la misma y en cuatro o cinco segundos seguro vio cuatro bolsas. Entraba en la vivienda y en unos tres segundos volvía a salir».

«Las bolsas no parecían muy pesadas, pero las tiraba con delicadeza»

A continuación, el vecino indicó que conocía el domicilio de donde salía, creía que era el número seis (la casa de la calle de La Sacedilla propiedad de la tía de Bruno Hernández y donde vivía como inquilina la argentina Adriana Giogiosa).

Este hombre pese a la avanzada hora de la madrugada que era o tal vez precisamente por eso reparó en el tipo de bolsas que portaba Bruno Hernández: «La bolsa eran sacos de basura grandes. No eran de cubo normal. Eran negras. Estas bolsas no parecían muy pesadas pero las tiraba con mucha delicadeza. Fueron unas tres o cuatro bolsas». A los agentes les llamó la atención el hecho de que fueran sacos grandes y de que los depositara con delicadeza, sobre todo tras encontrar la sierra y la picadora de carne industrial en el garaje del chalé.

Visto por primera vez

El testigo vio «tres cubos distintos donde las tiraba. Cada bolsa la tiraba en un cubo diferente. Cada cubo estaba en una calle. Eran entre las cuatro y media y cinco menos cuarto de la madrugada. Era la primera vez que veía a esta persona». El vecino se fijó en detalles muy importantes. «Las características de esta persona eran las que ya describí ante la Guardia Civil. Llevaba manga corta, vaqueros y camiseta negra y hacía bastante frío».

«Llevaba vaqueros y manga corta pese a que hacía frío en la calle»

Ni el fiscal ni la acusación, ejercida por el hermano de Adriana, ni su defensa preguntaron al testigo al que se otorga total credibilidad. Se trata de una declaración tan contundente, tan firme y tan pormenorizada que fuentes de la investigación no tienen apenas dudas de que todo lo que cuenta es cierto. Además, el relato del vecino ha ayudado a los agentes a poner un poco de luz en aquellos puntos en donde había más oscuridad. El tamaño de las bolsas de basuras también ha resultado revelador sobre la responsabilidad del casero.

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