La víctima con un gato, una de sus pasiones
La víctima con un gato, una de sus pasiones
«Chalé de los horrores»

Los investigadores descartan el móvil sexual en la desaparición de Adriana

La finca toledana donde se realizó uno de los registros en busca de la inquilina y la tía del sospechoso es la única propiedad del encarcelado

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Los investigadores descartan que Bruno Hernández, de 32 años, arrestado por la desaparición de su inquilina Adriana Giogiosa, de 55 años, en Majadahonda el pasado 6 de marzo, la agrediera sexualmente, según ha podido saber ABC. Si bien en el auto de ingreso en prisión, fechado el 10 de abril, el juez dejó abierta esa posibilidad, las pesquisas posteriores han hecho que esa tesis se desvanezca.

En el sótano del chalé majariego la Guardia Civil halló media docena de armas blancas –la cuchilla, la hélice y la rejilla de la trituradora–, entre otras piezas de la máquina. Todo ese material se encontraba dentro de un maletín en el que había dos preservativos: uno cerrado y el otro con el envoltorio abierto, pero sin usar.

No se hallaron en poder del sospechoso fotografías ni cartas de la arrendataria, Adriana Gioiosa, que dirijan hacia esa hipótesis.

No se sabe si el sospechoso de descuartizar y arrojar los restos de la desaparecida a la basura pretendía deshacerse también de todo ese material. Lo controló casi todo pero no el factor tiempo. La denuncia que interpuso el hermano de la infortunada, Eduardo Gabriel el 6 de abril destapó el espeluznante caso.

Dijo que la llevó al médico el 31 de marzo

En la inspección y registro realizado en dicho inmueble se descubrieron, además de la picadora con restos humanos que resultaron ser de la argentina, un rosario de pruebas incriminatorias que motivaron su detención el 7 de abril. Entre ellas, la maleta de la mujer, que había llegado el 29 de marzo de Buenos Aires donde visitó a su familia; sus tarjetas de crédito, su bolso, su portátil, etc. Lo mismo sucedió en el realizado en la vivienda paterna el 8 de abril. Ahí localizaron su pasaporte, la documentación y las llaves del coche de la inquilina. «La llevé al médico», fue una de la contradictorias explicaciones que dio a los agentes sobre la argentina, vista por última vez el 30 de marzo.

El sospechoso, según apuntó el juez en sus autos, fue la última persona que la vio. Si bien, dio versiones contradictorias que no concuerdan con las facilitadas con los vecinos. «Se ha marchado», «La llevé al médico el día 31». Bruno solo tiene a su nombre la finca rústica situada en Santa Cruz de la Zarza (Toledo), que también fue registrada el pasado jueves. Y su tía, desaparecida desde hace cuatro años, a la que también se la busca, el «chalé de los horrores».

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