fotolia

«¿Qué tengo que hacer para ser gigoló?»

Cada vez más hombres se dirigen a agencias profesionales del sexo para ofrecer su cuerpo. También hay particulares que se anuncian como tal en páginas de contactos. Las tarifas van desde los 50 euros hasta los 1.800

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Entre 15 y 50 llamadas al día recibe una de las agencias de gigolós que más antigüedad tiene en España (desde 2006) de hombres que quieren dedicarse a este oficio. Esta empresa, cuyo embrión se implantó en Barcerlona, ofrece sus servicios en una ciudad clave para desarrollar este negocio en el país: Madrid. El responsable de la misma, que mantendremos en el anonimato, asegura que rechazan normalmente a todos los que llaman. El motivo principal, dice, la actitud. «No queremos chulos de playa que piensen que van a trabajar en esto para hacer un favor a una clienta millonaria; no es el perfil que buscamos». Quizás por eso sea la única agencia que se mantiene durante tanto tiempo, aunque no desvela su secreto.

«El resto desaparecen con uno o dos años de vida», asegura este empresario.

Buscan hombres cultos, con buen aspecto. «Una mujer de más de 35 años no busca un físico perfecto, sino algo más», dice el empresario. El tamaño no importa para ser gigoló, asegura el propietario de la agencia. «Siempre y cuándo haya un mínimo normal y estándar. En todos los años que llevamos trabajando, sólo un 5 por ciento de las mujeres ha preguntado por la medida», añade.

Precios de lujo

Las tarifas de esta agencia van desde los 200 euros la hora (con café incluido), pasando por los 700 euros por seis horas de compañía (más alojamiento), hasta llegar a los 1.500 por día. No quiere revelar cuánto cobra al mes uno de sus 40 representados. Tan solo concluye: «Hoy en día hay más oferta porque hay más demanda». El trabajo no falta, aunque, a su juicio, «no es un negocio rentable».

Si se mira en páginas de contactos, los precios son mucho más inferiores. Desde 50 euros hasta los que aprovechan el escenario para hacerlo por «amor al arte». Uno de los que no ponen la tarifa en estas páginas responde al teléfono asegurando que lleva unos meses probando. «Es por necesidad económica y a nivel de relaciones. Tengo 49 años y trabajo en un estudio de arquitectura, donde han caído los servicios. Llevaba tiempo pensando en ofrecerme como gigoló. El precio con la clienta es a convenir. partiría de 150 el día», narra.

Ejecutivas y con problemas físicos

Atiende a la llamada la encargada de una nueva empresa de gigolós en Madrid. «Aún no hemos arrancado. Estamos comenzando», detalla. En su página web define a sus hombres del placer como «acompañantes de lujo». Los precios que marcan van desde los 180 euros la hora hasta lo 1.800 el día completo. Todavía no saben cómo serán las peticiones en la ciudad, pero la mujer que habla se basa en su experiencia con el servicio en otras ciudades: «Cada vez se pide más. El perfil atiende al de mujer ejecutiva, sobre todo extranjeras».

Discrepa en este sentido el empresario de la agencia con más experiencia. «Existen muchos mitos al respecto. Las mujeres no suelen estar dispuestas a pagar por sexo. Los gigolós lo solicitan aquellas que tienen algún tipo de problema físico. Sorprendería saber que el 40 por ciento de los casos que reclaman nuestros servicios no es por sexo. En muchas ocasiones es solo para tomar unas cañas», especifica.

El perfil del hombre que se dedica a este oficio es variopinto. «El perfil de 25 a 35 años es soltero, sin familia y tanto si le afecta la crisis como si no, no tiene problemas en dedicarse a ello; el de 40 para arriba suele ser casado, con hijos y tiene una mayor necesidad económica. Cada perfil es diferente», señalan desde la agencia más veterana. Pero aclaran: «Cada uno lo hace voluntariamente».

Ver los comentarios