La guerra que no cesa

Más entradas vendidas, más dinero se lleva Hacienda. Más producciones se ponen en marcha, más impuestos para las arcas públicas. Pero si el IVA cultural no estuviera al 21% sino que se bajara a estándares europeos, la producción cultural y las ganancias para el Estado serían mayores. La industria del cine lo recuerda año tras año, desde que el Ejecutivo subió este gravamen a casi todos los productos sin hacer distingos del sector que se trataba. Pero ahora lo hace con unos números excelentes. El cine español cerró el año pasado con unos ingresos de unos 125 millones, superando la anterior marca de 119,8 millones de 2012.

La confederación de productores españoles (Fapae) destacó que dos semanas antes de Navidad, la cuota de espectadores del cine español había alcanzado el 25,5%, el mejor dato en casi cuatro décadas.

Estas cifras suponen que el cine español lleva recaudados un 75,3% más que 2013 y los espectadores han aumentado un 89% (casi 21 millones). Unas cifras que espolearon las peticiones, en forma de cartas dirigidas a la Moncloa, para que se rebajara una tasa. «No permita que España pierda su identidad cultural», exigía la misiva. Porque a pesar del buen año del cine, numerosas salas han tenido que cerrar y las producciones que se han puesto en marcha tienen un presupuesto medio de un millón de euros cuando hace dos o tres años superaban los tres millones.

Las subvenciones se han desplomado durante estos años de Gobierno popular, pasando de los 76 millones previstos en 2011 a los 36,5 millones previstos en los Presupuestos Generales para este año. Además, el sector sigue peleando por una reforma de las ayudas que recibe de las arcas públicas y que se ha quedado solo en palabras. Al menos, el sector del cine ha visto como, poco a poco, la lucha contra la piratería ha comenzado a tener sus efectos.

Además de la entrada en vigor de la Ley de Protección Intelectual, que endurece los castigos para los propietarios de las webs que enlazan contenido protegido, han llegado sentencias condenatorias. Por ejemplo, un tribunal balear castigó, por primera vez en España a un 'cammer', la persona que graba de forma ilegal una película en una sala de cine. Además, se cerraron las webs Películas Pepito y Series Pepito, dos de los portales de descargas ilegales más importantes de España. Incluso la Policía Nacional arrestó en Madrid y Alicante a los dos administradores de las páginas que, en tres años, han generado unos beneficios estimados de más de un millón de euros.